Hace trece años, justo por estas fechas, sufrí uno de los golpes más dolorosos.
Abusaron de mí. Me usaron física y psicológicamente. Dicho de otra manera: me pisotearon el alma.
Me pregunto cómo pudiste hacerme aquello. Cómo pudiste manipularme y volcar tus asquerosas fantasías en una niña. Dijiste que llevabas toda la vida deseándome, desde que nací. Esperaste ansioso el momento oportuno para matarme por dentro.
Dijiste que no tenía pecho, que no servía, que era inútil.
Cuántas noches la sombra de tu recuerdo me ha perseguido, cuántas lágrimas he derramado, cuántos años he revivido lo mismo, una y otra vez. Lo he vivido tantas veces que ya ni parece real. El recuerdo es hueco. Tengo que remover mucho, bucear en mi interior para sentir algo.
Y cuánto me quemaba…
Después de trece años sigue doliendo. ¿Siempre dolerá? Odio pensar en ello, detesto recordar tu grotesca mirada. Me hierve la sangre al ser consciente de que te fuiste sin pagar las consecuencias de tus actos y que me dejaste hecha pedazos.
¿Qué fue peor? ¿Aquel momento o temer que volvieses a intentarlo? Total, yo no importaba. Sí, eso fue lo peor de todo. Ver como mi propia madre obviaba mi dolor y me exponía a ti. Seguir viendo tu repugnante mirada… eso fue lo peor. Tenerte justo a unos pasos de mí, en el piso de arriba. Tener que observar con miedo la mirilla, vigilar que no bajases la escalera del edificio cuando yo quería salir. Sí, eso fue lo peor. No poder salir de casa sin tener miedo de encontrarme contigo.
El rencor hacia mí, no poder verme desnuda sin tener ganas de arrancarme la piel… sí, eso fue lo peor. No poder reconocer mi mirada en el espejo. Nunca he podido verme. El espejo sigue devolviéndome una apariencia extraña, supongo que soy un espectro.
Tener tanta rabia hacia mí y hacia los seres humanos, desear morir… sí, quizás eso fue lo peor.
O quizás lo peor sea que después de tantos años sigas en mi recuerdo. No poder olvidar el olor de esa casa, ni tus manos en mi cuerpo, ni la expresión demoníaca de tu rostro. No poder olvidar es el peor de los castigos, mientras tú ya no estás. No existes. Sí, lo peor son los recuerdos.
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Hola, Anna, no creo que lo leas pero respondo igual. Gracias por tu comentario, yo era menor y no fue denunciado porque me obligaron a callar. Esa experiencia y muchas otras las trato en mi día a día y también con profesionales. Me apunto el libro!
Hola Nova, estoy leyendo un libro q se llama "las mujeres que aman demasiado", de Robin Norwood. El capítulo que empieza en la página 203, me ha recordado mucho a tu caso. "Ruth: 28 años, casada y madre de dos hijas". Son relatos reales. Ruth experimentó lo mismo que tú en su niñez y la condicionó sexualmente muchos años hasta q buscó ayuda especializada. La negación y el control hizo q durante muchos tiempo no resolviera su trauma y q sólo se volcase en los problemas sexuales de su pareja. Te invito a q lo leas y a q busques ayuda especializada sobre ello para q lo puedas superar, a parte del tlp, este es un tema muy serio y triste.
Siento mucho q hayas tenido q pasar por eso. Ojalá lo hayas denunciado. El ser humano q hace daño a un niño inocente no tiene perdón de diós y lo menos q se merece es ir a la cárcel y q no pueda volver a hacerlo. Un abrazo!
:(
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