Me aproximo al espejo y me miro directamente a los ojos. Noto la desesperación que hay en mi interior; una voz casi inaudible me está pidiendo auxilio.
Me miro y me pregunto qué ha hecho la vida conmigo y quién es esa chica que veo en el reflejo. No puedo ser yo.
Soy consciente de que estoy atrapada por mi propia mente.
Me observo y pienso: "qué mirada tan triste y tan lejana." Me miro intentando buscarme.
Odio lo que veo. Un ser lamentable, mediocre, triste. Observo mi cuerpo, y pienso en su fealdad, en cada defecto y me dan ganas de arrancarme la piel.
Vuelvo a mirarme con desesperación un día más. Y otro. Y otro. Intentando buscar algo que no sé si ha existido jamás.
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Es una pena que no podamos hacer terapia de grupo, así sentados en un círculo, en sillas para compartir estas cosas y estar más cerca y quedar 2 días a la semana o 1. Y poder compartir las reflexiones, la energía, el afecto, encontrarnos con nosotros mismos, para ofrecernos ese amor y comprensión que nos falta y transmitirlo con un abrazo real, lleno de sentimiento y buscar pensamientos alternativos a lo que nos decimos.
En cualquier caso te mando un abrazo virtual. Un abrazo lleno de cariño :)
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