Estoy viajando en un tren sin destinación previa. No se donde voy. Cuido mi asiento, los pliegues de mi ropa, los sutiles defectos de mi cara, utilizando la ventana del tren como un espejo. Al no sentirme mover, dedujo que estamos parado en una estación. Hace 9 años que viajo sentada al lado del mismo compañero, un chico medio rebelde que no tiene ni diploma, ni trabajo, ni ambición ninguna… sino la de vivir toda su vida a mi lado. Al ver desfilar la gente, las casas, los árboles y los paisajes, comprobo que estamos, a pesar de todo, avanzando.
O será que el mundo exterior avance. La gente tiene hijos, se casan, compran casas y coches, cambian de trabajo, se mudan, evolucionan… Y yo, vivo un romance pasional con una pareja impulsiva, soñadora, comprensiva, tolerante… pero que no avanza. Claro que se abalanza de vez en cuando y que de pronto empieza a hablar no sin sarcasmos de los que vemos afuera: se enriquecen, se contradicen, hacen compromisos, se traicionan, rindiéndose a este mundo de hijo de p… en el que solo los mejores nacidos o los peores oportunistas saquen provechos. No hay sitios por la gente sencilla.
Y me ahogo en el humo verde de sus porros. Sus quimeras bohemias resuenan cada vez más agriadas, como quejidos desgarrados. Lo cierto es que no me identifico a esta gente que deambula más allá del ferrocarril, pero tampoco me convencen las teorías sombrías de mi novio. Tengo un trabajo que me gusta, amigos estables … pero detrás de esta vida social «normal», sé que se agazapan mis terrores, unos monstruos que solo él conoce.
Pues, me siento angustiada. Los granizos en la ventana se convierten poco a poco en arrugas, mis proyectos se vuelven frustraciones, echo poco a poco por la ventana mis valores, pisoteo los consejos y mando a la mierda al cobrador, al vecino del asiento de al lado, al tonto que me llama por teléfono y a toda la gente que me propone llevar mi bagaje , que quiere orientarme, enseñarme otro tren, o otra parada o no se qué… pero quiero que me acompañan! donde sea pero que me acompañan por favor, no quiero estar sola.
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Chispa... No lo veo tan mal.
De todas formas, pequeños cambios pueden venir bien... ¿no? puedes hacer alguno. Yo hice un pequeño viaje hace poco que fue para mi muy importante.
Un beso!
Hola Chispa. Hace mucho que entro en esta página. No estoy pasando un buen momento, sin embargo leyendo los testimonios de otras personas me doy cuenta que no solo que no estoy tan mal, sino que puedo agradecer muchas cosas. Me está fallando un poco la voluntad, pero apuesto a que usando má las herramientas internas que tengo, el bajón (aquí se usa la palabra bajón para nombrar desgano, tristeza o desagrado ante una circunstancia),tiene que ceder. Antes que nada, queiero felicitarte por tu talento para la escritura. Me gustaría saber qué edad tenés. Me sentí muy identificada con la metáfora de "querer subir montañas y terminar subiendo montículos". Creo que fallamos en proponernos grandes cosas y no las primeras dos o tres que siguen a este momento (aunque sean lavar los platos, hacer las cama y barrer); y precisamente son las que nos sacan de las crisis y que nos ayudan a construir. No me gusta el chat, pero me comprometo a abrir la página. No está todo mal, es una parte de nuestra vida la que está mal. Cuando podemos ponernos en observadores de lo que está mal, podemos salir del pantano.Te mando un abrazo
Hola Angela María,
Gracias por tu comentario. Tengo 30. Es verdad que tomar distancia, observar lo que nos duele nos ayuda a desliarse de nuestros bajones, pero en mi caso, no de inmediato, más bien con el tiempo. Pues, no sé si a ti te pasa que a veces sintiéndome mal, me resulta imposible saber cual es la causa del malestar, imposible tampoco identificar claramente las emociones negativas que lo componen. Cuando hacen falta las palabras, las metáforas dan forma y movimiento a lo que siento, pero incluso así resultan a menudo incompletas. Estaba en un retiro de yoga últimamente y me enteré de que fregar me hacia mucho más feliz que meditar. Observando mis sensaciones, me daba miedo perderme, me aterrorizaba. Mientras que trabajando, me concentraba en otras cosas y me sentía mucho mejor. Ahora todo el desafío es transferir este sentimiento de autosatisfacción del trabajo voluntario y desinteresado de un retiro de yoga, al otro verdadero que se hace todos los días del año :-)
Besos querida
Hola Chispa: Te sugiero ver mi testimonio. Me parece muy alentador que a tu edad, seas tan flexible, habla muy bien de tu estado emocional. Creo entender lo que decís. Es parte del trastorno ese malestar inexplicable y súbito. En mi caso, aún hoy me cuesta identificar en el momento cuando me cae mal algo. El miedo a la locura a veces me hace poner paños fríos a lo que cualquier persona experimentaría con total intensidad. Y registro el malestar a las horas o al otro día. En cuanto a la concentración en la meditación, antes me era literalmente imposible hacer una meditación silenciosa, tipo zen. Hoy es dificultosa, pero no imposible. De cualquier personas "cuerdas" no soportan meditar ni un minuto, jajaja. Cuando quise enfocar mi atención me vino mucho mejor cantar un mantra en voz alta, usar meditaciones guiadas o afirmaciones positivas. Sobre lo de la pareja, es mi talón de Aquiles, solo puedo decirte que mis aciertos y desaciertos los llevo a terapia y aprendo lo que puedo. Un beso
Hola Chispa: te sugiero que te perdones. No sé si estás medicada con un antidepresivo y un estabilizador del ánimo que te ayuden a controlar los impulsos, que te van a ayudar a evitar los atracones de comida. Yo tengo todavía atracones, la única diferencia es que no vomito. Y tengo todavía tendencia a cuando me sale un grano en la cara, no espero a que madure y me termino lastimando. Ambas cosas me pasan cuando estoy desbordada.
No luches contra eso, ni pienses en eso, trata de ocuparte, sobre todo con las manos yo, por ejemplo tejo y hago otros trabajos con las manos. Para manejar la ansiedad oral llevá una botellita de agua con vos que va a hacer las veces de "biberón". Con respecto al alcohol, me imagino que conocerás que inhibe el que uno ponga ciertos límites. Ese cambio creo que lo podés implementar ahora: cuando salgas tomá, coca light u otra gaseosa bajas calorías. Última cosa: si estás gordita, eso no va a impedir que puedas tener una buena vida, esto te lo puedo decir con seguridad. Un abrazo
Gracias Angela Maria. Al leer tu perfil, me enteré de que compartía muchas cosas contigo. Viste una real evolución en la imagen que tienes de ti con los años? Tienes mejor autoestima, por ejemplo? Yo siempre me comparo con los demás, especialmente las mujeres. Vivo como si el planeta entero tendría menos defectos que yo. Por lo de mi estatura, soy alta y objetivamente creo que mi peso esta en la norma. Pero, no me gusta mi cuerpo, lo veo deformado, demasiado rollizo. Estoy siempre insatisfecha con eso y lucho todo el tiempo con la comida para no engordar. Ya he probado antidepresivo, pero tuve muchos efectos secundarios y ninguna mejora. No he probado estabilizador del animo. Que valen? Por el momento, tomo ansióliticos cuando los necesito. Hace, 5 años que hago sicoterapia en el mismo consultorio pero tuve varios terapeutas. Al principio era muy útil, pero ahora no tanto. Me siento realmente perdida y no se donde buscar ayuda.
Hola Chispa!! Quítate la vergüenza por lo que pasó ya!! Es humano que te siente mal una comida, y a nadie le tiene que importar. además... No tiene por qué volver a pasar. Cuando pasan este tipo de cosas... Que nos hacen sentir mal y verguenza, hay que volver a AFRONTARLAS con todo el morro, hablando en plata, si me permites. No pasa nada. Las cosas pasadas pasadas están. A lo hecho, pecho.
Lo del cuerpo, ya lo veo más común a todas. Nos comparamos siempre. ¿estará en nuestra naturaleza? Puede que si, pero vive feliz contigo misma, yo creo que hay que quitarle tanta importancia al cuerpo.
UN ABRAZOOo
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