Se dice que el suicidio es “una solución permanente a un problema temporal”. Aunque le cueste creerlo, las situaciones angustiosas —hasta las que parecen estar fuera de su control— pueden ser temporales o mejorar inesperadamente.
¿Y si la situación no cambia? De todos modos, lo mejor es hacerle frente, pero poco a poco.
Tal vez esté enfrentándose a una enfermedad crónica, el fracaso de su matrimonio, la pérdida de un ser querido u otra circunstancia irremediable. ¿Qué puede ayudarlo en esos casos?
Aceptar que hay cosas que no puede cambiar y concentrarse en las que sí puede cambiar, como su manera de enfrentarse a las dificultades. Así podrá ver la situación desde un ángulo más positivo. Quizás encuentre otras formas de manejarla en vez de pensar en soluciones drásticas, como el suicidio. Al final, verá que es posible controlar, hasta cierto grado, circunstancias que parecían incontrolables.
RECUERDE: Si un problema le parece demasiado grande, trate de superarlo poco a poco. Es como subir una montaña: hay que hacerlo paso a paso.
Quizás crea que no hay mejor remedio para sus dificultades que la muerte. Pero sí existe ayuda, y está a su alcance.
La oración. Orar no solo sirve para sentirse mejor; tampoco es el último recurso en una situación desesperada. Es el medio para comunicarse con Dios, quien se preocupa por usted.
La oración es un recurso que siempre tendrá a la mano, en cualquier momento y en cualquier lugar.
Personas que lo aman. Hay muchas personas —como sus familiares y amigos— que de seguro ya han demostrado su interés en usted. Incluso hay gente que no conoce pero que también se interesa en su bienestar.
Ayuda profesional. Por lo general, los pensamientos suicidas son causados por trastornos emocionales, como la depresión. Si sufre una enfermedad de ese tipo, no tiene por qué avergonzarse, tal como no se avergonzaría por una enfermedad física. De hecho, a la depresión se le llama “el resfriado de la mente”: cualquier persona puede padecerla y tiene tratamiento. *
RECUERDE: La depresión es como un agujero profundo del que es muy difícil salir solo, pero con el apoyo de alguien de seguro lo logrará.
QUÉ PUEDE HACER: Busque a un profesional acreditado que se especialice en trastornos emocionales como la depresion.
HAY ESPERANZA
La Biblia reconoce que la vida del hombre es corta y está llena de problemas. Aunque todos nos vemos afectados por la adversidad, hay quienes pierden por completo la esperanza; no creen que la situación vaya a mejorar, no ven la luz al final del túnel. ¿Es así como se siente?
RECUERDE: Quizás sus emociones sean tan inestables como un barco sacudido por la tormenta, pero la esperanza que da la Biblia es el ancla que lo mantendrá firme.
les dejo este pasaje de la biblia espero les guste:
“Se nos oprime de toda manera, mas no se nos aprieta de tal modo que no podamos movernos; nos hallamos perplejos, pero no absolutamente sin salida.” (2 CORINTIOS 4:8)
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Hola, estoy de acuerdo en que la depresión la puede tener todo el mundo! Puede pasar y es muy anulante. Y se sale de ella, por suerte.
Coincido con Paqui en que no soy creyente Ni entiendo la religión, realmente. Creo que en la vida, en las personas, en la naturaleza. respeto que haya gente a quien le vaya bien la religión si te calma Elisabeth y te ayuda, está bien. Un abrazo.
el texto biblico tambien me ha dejado pensando ¿pudieron reflexionar en este ultimo? quisiera opiniones...
ja....me encantan sus comentarios la diversdad de opiniones ...la verdad es q cuando lei esto me senti atraida, un tanto consolada podria decir... pero debo recalcar q lo q mas llamo mi atencion fue esto: a la depresión se le llama “el resfriado de la mente”: cualquier persona puede padecerla y tiene tratamiento.
creo q involucra mucho mas q esto y q puede llegar a tener consecuencias devastadoras como las q tu paqui mencionaste... si,es verdad es muy sermon de predicador pero me ha dejado pensando como es q esto es para nosotros (los q lo padecemos) en verdad todo UN TEMA y para los demas un simple resfriado o algo q se soluciona tan rapidamente, en el q esta envuelta nuestra vida entera y lo q hacemos o dejemos de hacer....
No me gusta este texto. Me suena al típico sermón de predicador de secta que quiere captar adeptos. Para llegar a la conclusión de Alicia de que "La vida es dura y amarga...pero es la vida", que es una verdad de Perogrullo, no hace falta recurrir a Dios ni a la Biblia. Puede que a alguna gente le consuele, pero no todos somos religiosos ni vemos en Díos la panacea universal. Yo siempre hablo desde mi propia y larga experiencia personal, y tengo ya 60 años.
No tengo a nadie, ni familia ni amigos, a quién le importe. Para mi familia, mi desaparición, por llamarlo de alguna manera, sería una liberación, un alivio. No tendrían que cargar con el "muerto", y no sentirían ni el más mínimo remordimiento o culpa. ¿Gastos fúnebres? Mi madre es tan previsora que está pagando religiosamente, que yo recuerde, toda la vida, mensualmente un seguro de decesos, que antiguamente se llamaba la "iguala" en su pueblo, con lo cual el entierro está ya sobradamente pagado. Jijiji!!!
¿Investigación policiaca? Otra vez, jijiji!!! Dudo que se molesten mucho en investigar. La policía tiene otras cosas que hacer. Eso me recuerda que hace treinta años, tuve dos tentativas de suicidio en dos semanas, me ingresaron para el consiguiente lavado de estomago, y el hospital me denunció. Me llamaron para declarar en los Juzgados. El suicidio era un delito, no sé ahora. Pero me entró un cabreo monumental y le monté una escena a la pobre secretaria del Juzgado, que la verdad, no tenía culpa de nada, porque me estaban tratando como una criminal. Y le dije que yo no había hecho daño a nadie, más que a mí misma, que mi vida era mía y podía hacer con ella lo que me diera la gana, que sólo faltaba que me llevarán a juicio. Pues aún reconocieron que tenía razón pero que era la Ley. Menos mal que el asunto no pasó a mayores. Ahora, cuando me acuerdo, me entra la risa.
En cuanto a ayuda profesional, no tengo dinero para pagarme un profesional acreditado. La Seguridad Social no se ocupa de mí para nada, ni tengo medicación, ni psicoterapia, ni nada de nada.
Que porque no me suicido ahora? Porque tengo a mi madre, de 85 años, enferma, imposibilitada, viviendo conmigo, a la que no puedo cuidar como es debido porque no puedo cuidar ni de mi misma, que se quedaría en la calle, porque mi única hermana no quiere saber nada de nosotras. Porque tengo un perrillo al que quiero más que a mi propia vida, que es el único ser en este mundo que me quiere incondicionalmente, más que mi propia madre que, por desgracia, nunca ha entendido nada, y que se moriría si a mí me pasara algo. El día que falten los dos, como no tengo recursos económicos para vivir, entonces decidiré.
Mi conclusión es que la vida no merece la pena vivirla, por lo menos, la mía. Ese es mi testimonio personal.
Bueno, el título no obedece a lo que viene después... ¿No? según el escrito hay cosas que pueden cambiar y otras que no. Evidentemente nos tenemos que apoyar en las cosas que cambian y que van bien.
Marina, yo entiendo el sentimiento negativista pero defiendo que sí vale la pena vivir, porque es una experiencia que tiene alicientes. Y la vida tiene muchos momentos. Experiencias muy positivas. Si dejamos al margen nuestras sensaciones y sentimientos, fijaros en lo que hay fuera! hay cosas preciosas que ver.
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