Dos cosas necesarias pero que no siempre van unidas. Se necesitan ambas y se ha de entender que el TLP es complejo y arrastra en sus emociones y cambios a la familia. Esta acaba respondiendo del mismo modo con ansiedad, miedos y una tensión que llevas siempre encima aunque haya momentos o días de calma. Nunca sabes cuando se inciara otra crisis, si será igual o distinta. No te puedes proteger de sus consecuencias y vivir esta constante durante años no es nada fácil.
No saber lo que tardara e estabilizarse, años, días o meses. Mantenerlos sobrios, vivos o activos. Ayudarlos sin saber ya ni como no es nada fácil. Quien empieza ha de saber tomarlo con calma, no se puede hacer una maratón al 100% . Es una dura carrera de fondo que nadie quiere perder y no todos pueden ganar.
He asistido a Jornadas y he oído ponencias muy profesionales, pero estos mismos profesionales no saben tener empatía o no reconocen que les falta para conectar emocionalmente con los pacientes y con las familias.
Los padres tampoco tenemos a barita mágica y quererlos no es suficiente para saber entenderlos. Quizas damos mas de lo que debemos o nos dejamos manipular cediendo para que sean menos infelices.
La teoría se aprende, la empatía se tiene.
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