Hay dos formas de que todo cambie, la habitual en mi, siempre a marcha forzada y efecto de causas externas , por lo tanto generalmente dolorosas por la falta de elección.
Oooooo.... la que en estos tiempos experimento, fruto del caos pero que me demuestra que es posible. Una manera mas suave, progresiva y sobre todo con la ventaja de que eres tu el artífice de la búsqueda de un mayor bienestar. Hecho que para comprender tuve que caer pero que si miro hacia tras, bendigo por que me ha llevado a mis primeros actos de amor por y para mi.
Hoy siento que ya no me entrego a merced de la pendiente, tampoco es que haya puesto mucho esfuerzo en ello ya que considero que la medicación fue y es esencial para que estos cambios tuvieran una tierra fértil. Pero soy muy consciente que siempre hay dos caminos, que el intermedio a sido realmente duro y que fui yo la que elegí este. En ese hecho encuentro mi convicción de que por fin descubrí el amor propio.
Y no es que crea que haya vencido a mis mecanismos, simplemente ahora los canalizo de forma mas saludables. He remplazado obsesiones como el amor incondicional, la exagerada necesidad de estar conectada para no perderme nada por aquí, la hoy clara postura victimista y a la inmovilidad mientras nada se mueva a mi alrededor, por los libros, las series de investigación policial, los helados de chocolate, la búsqueda de placer sin la instantánea intimidad y los breves intervalos de silencio.
También he notado un reciente cambio en mis prioridades superando el temor de que ciertos actos suenen a excusa frente a un dilema que antes ni siquiera me hubiera planteado. Me han vuelto a llamar de correos e instintivamente mi respuesta habría sido un si, si no tuviera que esperar hasta el día siguiente para saber los resultados de la litotricia... me encontré sopesando si una mejora considerable en mi economía era mas importantes que darle un verano integro y en calma a mi hijo después de tres años de trajín. Un mes de trabajo significaban siete de abundancia ya que tendría el paro durante seis pero entre bienestar social y la cuota de mi ex puedo tirar adelante…
No he tenido que tomar la decisión, mis inquilinas ya no son cuatro si no tres y tres fragmentos que aun siguen siendo demasiado grandes para salir por si solos, con lo cual volveré a quirógrafo. Eso sin contar que vuelvo a sentir algo de dolor en mi flanco izquierdo (aunque en nada se asemeje a los primeros cuatro meses) por lo tanto he rechazado el trabajo pero esa “duda” me demuestra que mis valores están cambiando.
Por ultimo y a sabiendas que soy la menos adecuada para una recomendación pero que las sugerencias son validas por lo sentido, les cuento que en busca de lectura ligera, la bibliotecaria me dio un libro de Joan Bray llamado “Dios vuelve en una harley”. Un texto rápido, fácil y probablemente banal si uno no lee entrelineas. Así que para aquellos que necesiten un empujoncito, les digo que leerlo a mi me valió la pena.
Besos desde una calma que poco a poco reconforta mi alma.
Oooooo.... la que en estos tiempos experimento, fruto del caos pero que me demuestra que es posible. Una manera mas suave, progresiva y sobre todo con la ventaja de que eres tu el artífice de la búsqueda de un mayor bienestar. Hecho que para comprender tuve que caer pero que si miro hacia tras, bendigo por que me ha llevado a mis primeros actos de amor por y para mi.
Hoy siento que ya no me entrego a merced de la pendiente, tampoco es que haya puesto mucho esfuerzo en ello ya que considero que la medicación fue y es esencial para que estos cambios tuvieran una tierra fértil. Pero soy muy consciente que siempre hay dos caminos, que el intermedio a sido realmente duro y que fui yo la que elegí este. En ese hecho encuentro mi convicción de que por fin descubrí el amor propio.
Y no es que crea que haya vencido a mis mecanismos, simplemente ahora los canalizo de forma mas saludables. He remplazado obsesiones como el amor incondicional, la exagerada necesidad de estar conectada para no perderme nada por aquí, la hoy clara postura victimista y a la inmovilidad mientras nada se mueva a mi alrededor, por los libros, las series de investigación policial, los helados de chocolate, la búsqueda de placer sin la instantánea intimidad y los breves intervalos de silencio.
También he notado un reciente cambio en mis prioridades superando el temor de que ciertos actos suenen a excusa frente a un dilema que antes ni siquiera me hubiera planteado. Me han vuelto a llamar de correos e instintivamente mi respuesta habría sido un si, si no tuviera que esperar hasta el día siguiente para saber los resultados de la litotricia... me encontré sopesando si una mejora considerable en mi economía era mas importantes que darle un verano integro y en calma a mi hijo después de tres años de trajín. Un mes de trabajo significaban siete de abundancia ya que tendría el paro durante seis pero entre bienestar social y la cuota de mi ex puedo tirar adelante…
No he tenido que tomar la decisión, mis inquilinas ya no son cuatro si no tres y tres fragmentos que aun siguen siendo demasiado grandes para salir por si solos, con lo cual volveré a quirógrafo. Eso sin contar que vuelvo a sentir algo de dolor en mi flanco izquierdo (aunque en nada se asemeje a los primeros cuatro meses) por lo tanto he rechazado el trabajo pero esa “duda” me demuestra que mis valores están cambiando.
Por ultimo y a sabiendas que soy la menos adecuada para una recomendación pero que las sugerencias son validas por lo sentido, les cuento que en busca de lectura ligera, la bibliotecaria me dio un libro de Joan Bray llamado “Dios vuelve en una harley”. Un texto rápido, fácil y probablemente banal si uno no lee entrelineas. Así que para aquellos que necesiten un empujoncito, les digo que leerlo a mi me valió la pena.
Besos desde una calma que poco a poco reconforta mi alma.
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