No te resignes antes de perder
definitiva, irrevocablemente,
la batalla que libras. Lucha erguido
y sin contar las enemigas huestes.
¡Mientras veas resquicios de esperanza,
no te rindas! La suerte
gusta de acumular los imposibles
para vencerlos en conjunto, siempre,
con el fatal y misterioso golpe
de su maza de Hércules.
¿Sabes tú si el instante en que,
ya fatigado, desesperes,
es justo aquél que a la definitiva
realización de tu ideal precede?
Quien alienta una fe tenaz,
al destino más difícil compromete
en su favor. El SINO a la fe
solo es vulnerable y resistir no puede.
La fe otorga el divino privilegio
de la CASUALIDAD, a quien la tiene
en grado heroico.
Cuando las tinieblas
y los espectros y los trasgos lleguen
a inspirarte pavor, ¡cierra los ojos,
embraza tu fe toda, y arremete!
¡Verás cómo los monstruos más horribles,
al embestirlos tú, se desvanecen!
Cuanto se opone a los designios puros
del hombre, es irreal: tan solo tiene
la imaginaria vida
que le dan nuestro miedo y nuestra fiebre.
Dios quiso en su bondad que los obstáculos
para aguzar las armas nos sirviesen;
quiso que el imposible
estuviera nomás para vencerle,
como está la barrera en los hipódromos
a fin de que salten los corceles.
Búrlate pues, de cuanto en el camino
tu altivo impulso detener pretende.
¡No cedas ni a los hombres ni a los ángeles!
¡Ama mucho: el que ama embota
hasta los aguijones de la muerte!
¡Que tu fe trace un círculo de fuego
entre tu alma y los monstruos que la cerquen;
y si es mucho el horror de los fantasmas que ves,
cierra los ojos Y ARREMETE!
Amado Nervo.
¡Necesitas ser un miembro de La Comunidad de Sin-Límite para añadir comentarios!
Participar en La Comunidad de Sin-Límite