Hace tiempo me refugié en mi mundo virtual, un mundo en el que me siento absolutamente libre y en el que puedo sentir un poco más cerca la libertad de mis sentidos. Lloro cuando tengo que llorar, sin ningún disimulo, sonrío sin miedo al ridículo y sobrevivo cuando no sé ir más allá de lo simple y banal, sin apariencias, sin pretender quedar bien o mal, simplemente libre.
A veces me preguntó qué sentirá la hoja de un árbol cuando es mecida por los vaivenes caprichosos del viento y creo que sé cómo se siente si pudiera sentir, se siente como yo, yendo y viniendo, disfrutando de la suave caricia del viento que me empuja siempre a mirar al cielo para verlo lleno de estrellas, las estrellas que siempre caminaron conmigo, por muy apagadas y lejanas que estas puedan parecer
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Lo del mundo virtual me parece bien, siempre que no te absorba. El mundo real está fuera Miguel, y por mucho daño que nos hagan tenemos que afrontarlo. Sé que es difícil digerir esta frase porque todavía yo no lo hago del todo, pero lo intento. Me parece muy bien lo de llorar y reírse sin disimulo. Los sentimientos, si son sanos, no deberían de esconderse nunca, salvo que sean para dañar a otras personas. ¡Saludos!
Expresar emociones libremente, como lo dices, es muy positivo.
Baja del arbol y atrevete a vivir abiertamente. Sin miedos y con apoyos. Reconoces tus emociones, tu debilidad para pasar de una a otra ¿ que mas da ? eres asi, aumelos y vive.
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