La Comunidad de Sin-Límite

Últimamente  reflexiono mucho sobre mí mismo, diría que soy cada vez más consciente  de mí, quizás demasiado porque cuando te miras tanto al espejo es  imposible no darse cuenta de las imperfecciones de la piel, de las  arrugas que la vida ha marcado a fuego en mi cara. Esto no quiere decir  ni que sea más justo, ni más imparcial, ni más objetivo, tampoco más  equilibrado, solo soy más consciente de cómo soy y eso ya es un logro, y  una losa.

Me miro a  las ojos y veo un corazón irremediablemente atormentado pero vivo, con  tintes de ilusión, con vetas abiertas a la esperanza y a la vida, pero  siempre con la puerta entreabierta, sin dejar pasar del todo las cosas  que merecen la pena, entre corrientes de futuro y vientos de pesada  experiencia.

Cuando me  oigo termino escuchando los susurros de los sueños, las notas musicales  de un latido que a veces se paraliza para quedarse en una diástole que  parece interminable,  acabando con mi corazón inundado de sangre, sangre  de sueños rotos, de palabras mal dichas, de sentimientos nunca  pronunciados, de miradas tardías, de ausencias imperdonables.

Ser sensible  no es una ventaja y si lo es, aun no he terminado de entenderla. Ser  sensible adelgaza, deja los huesos secos, los pulmones encharcados de  agua empantanada por vivencias que atascan el alma, y el corazón medio  atolondrado a veces en primera, otras en punto muerto, pero avanzando  lentamente, desesperadamente lento para otros.

Y sin  embargo ahí estoy, frente a un espejo desgraciado que no se calla ni un  miserable defecto, que lo cuenta todo, que da pelos y señales  convertidas en brechas, heridas, lágrimas, poros abiertos en donde si te  asomas ves los despojos de una vida que ya no es pero que dejó huella.

La noche me  espera, ya está bien de tanta introspección, porque meditar sin tener  nada sobre lo que meditar es una desconcertante pérdida de tiempo, se  acabó el paréntesis de mirarme el ombligo. La noche espera para despejar  el alma, para dejar un poco más entreabierta la puerta a la esperanza.

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Comentario por Miguel en febrero 28, 2013 a las 7:25pm

Si,alguna cicatriz hay por ahi.

Comentario por lauri en febrero 28, 2013 a las 6:45am


Comentario por lauri Hace 1 segundoBorrar comentario

Miguel, qué bien escribes. Ser sensible es todo un tema.  No sé si has visto algún artículo sobre esto en el portal: "Personalidades altamente sensibles"... Trata de las ventajas y desventajas. Yo tenía un amigo que decía, en plan de humor: "Ojalá no me diera tanta cuenta de las cosas"...

Y tu debes ser de mi quinta.Esas reflexiones de vida devienen con la experiencia, me sugiere. 

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