Me presento en esta comunidad con una breve biografía de un límite o frontera

Autobiografía de una frontera

Soy quien soy
Siempre acechado por quien quise ser
Por quien no quiso ser
Por quien pude ser o no ser
Por quien irrumpía en los demás como un torrente
Como latido y daga que se interrumpen mutuamente

Este que veis con deslumbrante obviedad y que apenas nadie ha visto
Este que veis es un reflejo que se busca en espejos rotos
Si una luz
Una luz que ciega, hace llorar, a veces deslumbra

Soy mil pedazos en ese espejo imposible de restañar
Soy el que siempre quiere estar en otro lado, al otro lado sea cual sea
El atrapado por fronteras que atraviesa ilegalmente y sus propios límites que no ve
El que en una encrucijada al menos se equivocará tres veces
El que nadie espera
El que espera cada día una voz del pasado que nunca llega
El que desespera
El que se desespera
Soy el que siempre huye
El que siempre persigue sueños demasiado hermosos
Y los contagia hacia el abismo
El que con su voz convoca al silencio y la soledad
El que es olvidado con dolor
El que nada olvida para dolerse
El que se fue y nunca es esperado
Porque vive donde habita el olvido
El que lleva diez años asesinándose y no consigue suicidarse

Soy aquel del que preguntan
Qué fue de quien pudo ser y nunca fue
El que espera insomne amaneceres con las persianas bajadas
Soy la distancia que me separa
De todos los momentos que no he sido
Y soy en mí mismo la frontera con el resto de vosotros
El límite insoslayable
Soy un pozo sin agua en el que a la vez he caído:
Nada puede estar más vacío

(soy dos lavados de estómago,
Alguna sobredosis
Tal vez dos, tres comas inducidos:
Me sobrevivo)

Realmente no sé quién soy
Más allá de este que veis y que yo no veo
Más allá de los reflejos rotos
Pobre corazón deshabitado
Coleccionista de máscaras

Y puedo leer los versos más tristes esta noche
O un diagnóstico demoledor y certero:
Te rompiste en dos, dijo el doctor: ahora has de pegar las mil piezas.
Pero solo tengo talento para la autodestrucción
Para hacer de este suicidio lento una terapia

Ahora que me he desnudado hasta del traje del emperador, deciros que al que soy llaman Javier, tiene 48 años, toda una vida rota por delante y os agradece este espacio. Espero estar aquí, al menos hasta mi próxima huida.