Las decisiones nos toman a nosotros

Esta entrada tiene una especial dedicatoria a una de mis lectoras que me ha
pedido que explique con mis palabras lo que es el Trastorno Límite de la Personalidad.
Lo que primero que quiero explicar es que yo siempre atribuí las características de este trastorno a una falta de madurez, mi infancia había sido compleja, mi proceso de socialización estaba caracterizado por vivencias extremas y yo aún a mis 44 años poseo un carácter un poco infantil.

Es como si mi niña se hubiera quedado congelada entre mis 11 y 15 años. Sigo soñando con cosas imposibles, sigo defendiendo valores inalcanzables, continuo deseando que florezcan desiertos. Esto a esta edad de mi vida tendría que estar canalizado de otra manera. Pero si les soy sincera son estos sueños inalcanzables los que generan mi perseverancia y constancia en

mi vida. Siempre tengo algo por lo que luchar, siempre hay una barrera que saltar. Y se
convierten en retos y no en cosas imposibles.

¡Claro que me he pegado contra paredes y puerta!, pero no me ha importado soy tan cabezota que sigo golpeando esa puerta o esa pared hasta crear un hueco y poder pasar. La putada
es que a veces al otro lado no está el tesoro que busco.

Hay un fragmento en el libro "Todos los Nombre" de José Saramago que describe casi a la
perfección lo que para mí ha sido mi vida y los cito: " Además, si persistiésemos en afirmar que somos nosotros quienes tomamos nuestras decisiones, tendríamos que comenzar dilucidando, discerniendo, distinguiendo, quién es, en nosotros, aquel que tomó la decisión y quién es el que después la cumplirá, operaciones imposibles donde las haya. En rigor, no tomamos
decisiones, son las decisiones las que  nos toman a nosotros."

Es esto lo que más o menos me ha ocurrido a mi, han sido las decisiones las que me han ido
tomando a mi y yo sólo he ido luchando por ellas. Muchas veces oigo a las personas hablando con mucha seguridad de las opciones que han tomado en su vida.
Los respeto y felicito, pero si es sólo una ilusión, lo considero un auténtico acto de prepotencia.

Para mi la vida ha sido un aluvión que se me ha venido encima y lo único que he hecho es mover las ancas constantemente en la nata para no ahogarme como la rana de cuento de Jorge Bucay. Cuando llegas a esta conclusión todo lo que sucede a tu alrededor por raro, duro, difícil, fácil, alegre, se convierte en NORMAL.

Para mi las conductas que describen el Trastorno Límite de la Personalidad eran normales, parte de mi ser, por lo tanto lo único que tenía que hacer era intentar controlarlas en ciertos
ámbitos de mi vida. Tengo que reconocer que dentro de mi hogar las controlaba un poco menos es como si me relajara, pero fuera de él las controlaba mucho. Sólo alguien que me conociera muy bien y además fuera muy inteligente lograba descubrirlas. Y me atrevo a decir que en El Salvador sólo hubo una persona y era extranjera que logró descubrirlo totalmente, los demás me consideraban rara, excéntrica, cabra loca, o simplemente inmadura; pero no eran capaces de llegar al verdadero centro del problema.

Y no fue hasta que entre en la depresión y mi mente se debilitó que estas conductas saltaron a la luz. Sin embargo sigo haciendo el esfuerzo por controlarlas.

Cuales son dichas conductas:

a) una inestabilidad afectivas
b) una intensa disforia, irritabilidad o ansiedad (paso de diferentes estados emocionales en
cuestión  de  horas)
c) una ira incontrolada
d) Sentimiento Crónico de vacío o inutilidad
e) Comportamientos de automutilación o autocastigo, devaluación de la persona, una

impulsividad en áreas dañinas para mí tales como el suicidio.
f) Un esfuerzo frenético para evitar el abandono.
g) Alteración de la identidad.
h) Ideación paranoide o síntomas disociativos graves
i) Baja tolerancia a la frustración.

Si lo dejamos de exagerar se trata de una baja autoestima, que me genera inestabilidad emocional, que me lleva a tener miedo a ser abandonada y cuando siento que sucede el abandono me da miedo y me lleno de ira hacia mi. Y me cuesta mucho aceptar que no he logrado mi objetivo. La diferencia con el resto de las personas es que todas estas son
emociones muy intensas, que si no logras controlar, pierdes la lucidez mental. Y
puedes hacer tonterías.

Es tan simple como eso. Esto es parte de mi vida.
Viviré con ello el resto de mi vida, teóricamente irá desapareciendo cuando sea
más mayor, pero como nunca fui tratada de niña ese más mayor esta aún muy
lejano.

Parte de la medicación que tomo me ayuda a controlar estos impulsos y a que mis emociones sean más estables. Pero no desaparecen por completo y los días pre-menstruales y durante la menstruación dónde las hormonas de una mujer se vuelven un poco locas a mi me afecta mucho.

Pero como ya les he contado en otras entradas he descubierto que no soy de los casos más
graves y la manera en que ustedes me están arropando está generando más seguridad en mi, no me siento abandonada. Poco a poco iré mejorando.

Besos a todos.