LA RABIA FELIZ

cansado, da
Del part. de cansar.
1. adj. Dicho de una cosa: Que declina (‖ decae). Pluma cansada.
2. adj. Dicho de una cosa: Que se muestra degenerada o enervada.
3. adj. Que produce cansancio. Su trabajo es muy cansado.
4. adj. Que manifiesta cansancio. Rostro cansado.

En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española podréis ver las cuatro definiciones que da a estar cansado. Esa es la última palabra que he pronunciado antes de salir de la visita a mi psiquiatra. Cansado, harto, hastiado, agotado, de repetir una y otra vez lo mismo esperando resultados diferentes. Aunque esto último es más bien la definición de “locura”.

Entré por primera vez a una consulta psiquiátrica, creo recordar que sobre los dieciséis años y empezó el calvario de tomar pastillas y más pastillas ante diagnósticos diversos, dispares, quizás porque el DSM-III (Manual de Diagnóstico de Enfermedades Mentales, americano por supuesto) marcaba unas pautas que, si las cumplías, recibían un nombre. Ya está editado el DSM-V y mi diagnóstico, nada que ver con el primero que se me dio, tiene unos síntomas que, oh maravilla, se trata con las mismas pastillas -con diferente nombre, eso sí- con las que empecé.

¿Que cómo me siento? Fatal. ¿Me sirven de algo las pastillas de colores? No lo sé. Nunca me han dejado vivir sin ellas. ¿Quiero dejarlas? Lo he intentado varias veces con resultados nada alentadores, quizás porque hasta yo mismo me creo que sin mis pastillas no sé vivir. ¿Has probado a hacer psicoterapia? Por supuesto. Casi trece años con Terapia Gestalt después de probar casi todas las “escuelas” existentes: Cognitiva, Conductual, Psicoanálisis Lackaniano, Hipnoterapia, Cuencoterapia, Flores de Bach, Reiki, Acupuntura, etc. Sin resultado aparente.

Bueno, entonces será que no han acertado en el diagnóstico. O que tengo demasiados diagnósticos que tratar. O que su mierda de pastillas no sirve para nada. Bueno, servir sirven, pero en todo caso para pagarles las vacaciones a quienes las recetan.
Así que aquí estoy, sentado delante del ordenador, escribiendo todo este rollo con la intención de calmar la rabia y el asco que siento. La desesperación de ver que nadie es capaz de entender que existen personas en el mundo que vemos la realidad de otra manera, actuamos de otra forma, pensamos diferente y eso no es ninguna patología. Sencillamente somos diferentes viviendo en un mundo (en mi caso la Europa del Euro) donde no está permitido sentir, pensar, actuar de ninguna manera más que la establecida porque en caso contrario, y creed que hablo con propiedad, te medican con el pretexto de que eres un enfermo.

En resumidas cuentas, sí estoy cansado, pero no vencido y ni me voy a resignar ni a dejar de luchar por conseguir la dignidad que merezco y que intentan robarme a base de drogas, legales por supuesto, porque del resto ni nombrarlo. No me voy a quedar quieto, dormido o babeando viendo como pasa la vida delante de mis narices sin enterarme, sin saborearla o gustarla en plenitud. Preferiría estar muerto, aunque a veces creo que eso es lo que pretenden, a terminar a los pies de las multinacionales farmacéuticas que siguen ganando millones y millones a costa de la gente que, como yo, no encajamos en su manera de entenderlo todo. Seguiré luchando hasta que no me queden fuerzas, hasta que se me seque el aliento o mi corazón deje de latir. No todo está perdido. Sigo conservando intacta la Esperanza. Y la rabia.