A lo largo de los años se han ido proponiendo otras formas para representar el trastorno límite, ahora en el DSM-V como trastorno fronterizo.
El término "límite" solía darse a aquellas personas en las cuales no se sabía bien donde transitaban, esto es, si en el polo de la neurosis o de la psicosis. Esta denominación ha suscitado numerosos debates sobre qué es el trastorno límite y cómo se puede entender y diagnosticar. El tratamiento se ha ido perfilando recientemente.
Se acuñaron distintos términos como personalidad cicloide, personalidad ambivalente de la personalidad, trastorno impulsivo de la personalidad, trastorno lábil de la personalidad, etc.
Otro problema es que el trastorno límite se puede confundir con otras patologías como el trastorno ciclotímico del trastorno del estado del ánimo. Esto sugiere a muchos clínicos el incluirlo en la entidad de los trastornos del estado del ánimo.
No obstante el término "límite" se ha mantenido, aunque se ha reforzado la noción de una entidad nosológica específica, que describe un nivel avanzado de disfunción, sin tener en presente que hay niveles de gravedad leves, moderados y graves; esto depende del apoyo social, la psicobiografía y el grado de conexión con la realidad así como los episodios de pensamiento "dicotómico".
No debería ser utilizado como cajón de sastre para los casos de indecisión clínica o diagnóstica; más bien debería considerarse como un patrón de comportamiento y funcionamiento alterado de de forma estable y duradera, ubicad o en algún punto donde reside la inestabilidad junto a la búsqueda incesante de aceptación y aprobación, configurándose, de este modo, un único trastorno "límite estructuralmente defectuoso" (Millon y Davis, 1998).
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo. Zaragoza centro.Teléfono: 653 379 269www.rcordobasanz.es
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