Me pregunto cuántas veces me he sentido tan cansado que he deseado dejarme ganar. Y me pregunto en cuántas ocasiones me he sentido tan injustamente reconocido que he deseado abandonar. Y me pregunto cuántas veces decidí confiar en alguien y me sentí desolado por el desengaño. Miles y miles...
¿Cuántas veces soñé y mis sueños no se hicieron realidad? ¿Y cuántas mañanas creí que se levantaba un hermoso día y esa jornada estuvo repleta de sinsabores? ¿Cuántas veces quise dejar de existir? ¿Cuántas otras quise esconderme en un refugio seguro? Miles y miles...
Y me preguntó cuantas veces sucumbí... Una vez más debo responder... ¡miles y miles!
Ahora, después de miles y miles de batallas me pregunto cuántas veces fui vencido y cuántas otras me dejé ganar. Y debo reconocer con orgullo que nunca fui vencido... Y debo conceder con dolor que en todas me dejé ganar... Me dejé ganar por mi orgullo, por mi inmadurez, por despecho, por creer que hiriéndome podía herir a alguien, por cobardía, por testarudez, por falta de coraje, por no respetarme, por claudicar antes de tiempo, por miles y miles de razones injustificables.
Porque si perdí una batalla siempre fue así: porque me dejé ganar. Y si he de reconocer, -nuevamente con orgullo- que soy invencible, y que lo soy porque siempre estará en mi mano dar un paso más, no renunciar jamás, arrojarme con valor a la vida o empuñar mis mejores armas con ardor y confianza inquebrantable... también debo reconocer con dolor y cierta vergüenza que me dejé ganar por pura debilidad o por falta de confianza en mí mismo.
¡Nunca fui vencido...! ¡Siempre me dejé ganar! Ese es mi orgullo y ese es mi castigo. A partir de hoy escogeré sabiamente mis contiendas y sólo la muerte me retirará del campo de batalla.
Bienvenid@ a
La Comunidad de Sin-Límite
© 2024 Creado por Fundación TLP. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de La Comunidad de Sin-Límite para añadir comentarios!
Participar en La Comunidad de Sin-Límite