“No puede impedirse el viento, pero hay que aprender a construir molinos.”
(Proverbio Holandés.)
Queridos padres y madres de hij@s diagnosticados de tlp:
Como veréis he empezado esta carta con la palabra “queridos” y si he escogido esta palabra es porque sois queridos, queridos por vuestros hijos (aunque a veces no lo demuestren) y queridos y admirados por mí. Algún día cuando vuestros hijos superen el trastorno también os admirarán, os lo aseguro.
En primer lugar me gustaría dar las gracias a mis adorados padres, Luís y MªAntonia. Gracias y mil veces gracias por darme la vida, no ha sido una vida fácil, ni para mí ni para vosotros, pero estoy viva y feliz y eso es lo que cuenta.
Papá, gracias por enseñarme a leer, a escribir, a montar en bicicleta, a nadar, a valorar las pequeñas cosas y a enseñarme que en ellas es donde reside la verdadera felicidad, gracias por hacer que me apasionara por la música en todos su géneros, por la lectura, por el arte y la cultura en general, porque eso es algo importante, al menos para mí. Pero sobre todo gracias por inculcarme tus valores humanos basados en la libertad, la igualdad y el respeto hacia los demás. Sé que al principio creías que lo mío era sólo rebeldía y que necesitaba mano dura, pero también sé que lo creías así porque no querías ver como fracasaba y querías lo mejor para mí. Al final comprendiste que no era culpa mía y que era el “monstruo” del tlp que llevaba dentro el que me hacía comportarme así. Me diagnosticaron tarde, ese fue el fallo.
Mamá, gracias por enseñarme a ser buena y generosa, gracias por la paciencia, por todas las noches sin dormir escuchando mis miedos, inseguridades y angustias. Me aliviaba y ayudaba tanto que me escucharas, me abrazaras y me dijeras que todo se arreglaría, que todo el sufrimiento pasaría y que lo superaría…!!! Pero me ayudaba porque lo creías de verdad, tú siempre creíste en mí y en mi curación, gracias, porque realmente creo que eres la única que creías sin dudar que lo superaría algún día y jamás te rendiste ni flaqueaste. Gracias por ser tan fuerte y por regalarme tus fuerzas cuando yo no las tenía. Si no fuera por ti estaría muerta o encerrada en algún psiquiátrico, por lo que siento que me has dado la vida DOS veces, tú no has tenido dos hijas, tuviste tres, mi hermana, yo, y mi yo con tlp. Afortunadamente la última desapareció hace tiempo gracias a ti, a toda la familia, a mis grandes amigas, a mi psicóloga Mònica Lavilla que es un portento, al tratamiento y a mi esfuerzo e incansable lucha. Mil gracias, te debo la vida!!! Eres digna de admirar y muy amable (digna de amar). Os quiero, a los dos… ;-)
En segundo lugar quiero animar a todos los padres y madres que tienen un@ hij@ con tlp a que no se rindan, sé que no es fácil, pero vosotr@s sois su punto de apoyo más grande, a lo mejor creéis que no los podéis ayudar, que no hay nada que hacer, que no tienen remedio, pero no es así. Debéis creer en ellos y en su recuperación por encima de todo. El camino es largo, arduo y oscuro, pero hay que recorrerlo con fe, esperanza y mucha fuerza.
No sé como resumir mi historia, me cuesta mucho sintetizar, pero lo intentaré, después de todo, los detalles escabrosos no son relevantes ni hacen falta, todos sabéis lo que hace y dice un tlp, lo que no sabéis del todo es lo que sufre, os lo podéis imaginar por lo que veis, por su llanto, sus crisis, sus autolesiones y sus ganas de morir, pero por suerte no vivís en su mente, y digo por suerte porque “vivir” con el “monstruo” es insoportable, de ahí que queramos abrazar a la muerte constantemente, o evadirnos con el alcohol, las drogas, etc… Ya sabemos que esa no es la solución pero no sabéis lo que alivia dejar de pensar y olvidar por unas horas… Aunque luego nos sentimos culpables y es mucho peor. Lo hacemos, en mi caso lo hacía, porque no encontramos otra salida a nuestro sufrimiento y para mitigar el inmenso dolor que guardan nuestras almas. Cuando estás hundido en lo más profundo del pozo, no ves más allá de ti y de tu sufrimiento, quieres luchar contra el “monstruo” para que se vaya, pero no encuentras el modo, y al final te cansas de nadar contracorriente y te abandonas a la apatía, a la tristeza y al dolor.
Yo siempre digo que soy adicta, y no dejaré de serlo nunca, pero hay una gran diferencia entre a lo que era adicta antes y a lo que lo soy ahora. Fui adicta a las drogas, al alcohol, a la comida, a no comer, a destrozarme, al dolor y a la muerte, ahora soy adicta al gozo y a la vida… Que gran diferencia no??? La adicción que tengo ahora es sana y muy muy buena. Las otras me destruían a mí y a los que me rodeaban. Antes me sentía muerta en vida y vivía un infierno en la tierra. Y ahora…ahora me siento feliz e ilusionada y más viva que nunca!!!
No quiero que creáis que ahora mi vida es sencilla y un camino de rosas, porque no sería cierto, sigo luchando toooodos los días para superar los síntomas residuales que deja el trastorno, y tengo momentos de pequeños bajones, bajones que pasan enseguida al pensar en todo lo que he vivido y en lo que he superado. En esos momentos pienso que soy una ganadora, que he vencido al “monstruo”, y que después de todo lo que he superado, esto sólo son minucias sin importancia. El tlp no desaparece nunca, no os hagáis ilusiones, pero sí ilusionaros con la idea de que hay un somnífero para él, un somnífero que vuestros hijos llevan dentro y que debéis ayudarlos a encontrar. Yo lo encontré gracias a mis padres, al tratamiento, y a una promesa que me hice a mi misma cuando un milagro hizo que despertara después de haber ingerido 7 cajas de pastillas enteras, los médicos les dijeron a mis padres que me quedaría en coma o con secuelas cerebrales irreversibles, pero no fue así, de ahí la palabra milagro. Mi promesa fue que jamás volvería a hacerlo por muy mal que estuviera, y que ya que tenía que estar viva porque el destino así lo quiso, sufriría luchando aunque no tuviera ganas, lo pasé muy mal y tuve muchas recaídas, pero jamás volvía a hacerlo, lo pensaba, pensaba en abandonar, pero no lo hice nunca porque hubiera faltado a mi palabra y a mis valores. Una promesa de tal magnitud no puede romperse jamás si quieres ser fiel a ti mismo y a los demás. Mis padres me lo enseñaron…
Mònica siempre me decía dos cosas que me han quedado grabadas para siempre, una era que tenía mucha fuerza y que a pesar de caer mil veces siempre me levantaba, y la otra que es la que más me gustaba, era que pensara en la suerte que tenía, pues por mi hipersensibilidad lo sentía todo muy intensamente, lo malo, sí, pero también lo bueno, y tenía razón. Los tlps podemos sentir el dolor como nadie en el mundo, pero también la alegría, el entusiasmo, el placer, la belleza...
Tuve anorexia y bulimia, eso también casi me mata. Estoy diagnosticada de tlp desde los 27 años y de tdah, no tomo medicación para esto último porque mi cuerpo no la tolera y para el tlp tampoco porque me di cuenta de que ya no la necesitaba. También tengo gastritis severa crónica y una úlcera en el esófago provocada por el estrés que me produce llevar una vida como el resto de mortales. Pero no me rindo, porque nunca me quedo con las ganas…de nada. Me considero una superviviente, valiente, fuerte y optimista. He aprendido a vivir con el “monstruo” dormido que vive acurrucado en algún lugar de mi mente, y que la única discapacidad que puede tener una persona con tlp habita en su miedo a la vida y a este mundo de LOCOS. Según los psiquiatras que me evaluaron hace 13 años tengo una discapacidad del 67%. Me concedieron una pensión de por vida y un certificado de minusvalía del cual me río en su cara. Renuncié a la pensión hace muchos años y el certificado está olvidado en algún cajón en casa de mis padres.
Actualmente vivo en pareja, soy autónoma hace años, sé y me gusta estar sola, puedo trabajar en lo que quiera, aunque sufro de estrés y de insomnio y todavía me queda mucho por hacer para mitigarlo, estoy escribiendo un libro sobre el antes y el después de mi recuperación, y de cómo siento la vida, no es el libro de una víctima, es el libro de una superviviente y de una adicta a la vida que quiere enseñar al mundo que las personas con tlp son RECUPERABLES, y no discapacitadas mentales como quieren hacernos creer algún@s. ( Recuerdo cuando el psiquiatra del hospital de día al que acudí durante un año por la anorexia, me dio el alta disciplinaria diciéndoles a mis padres que era IRRECUPERABLE. Valiente estúpido!!! )
Me gusta la palabra “adicta” significa “algo que no podemos dejar o parar de hacer, dedicada, muy inclinada, apegada.” Me considero adicta a la vida porque no puedo dejar de vivir, porque estoy apegada a ella como una lapa, y dedicada completamente a VIVIR…!!!
Creo que la receta de mi éxito es que creé un mundo paralelo al tlp, un mundo repleto de fantasías y sueños en el que me refugiaba en mis peores momentos. Un mundo utópico en ese momento y que cada vez se vuelve más real.
En junio cumpliré 40 años, aunque yo siempre digo que cumpliré 30, o 20, porque me pasé 10 años muerta en vida, y otros tantos deprimida, angustiada y asustada cuando era más pequeña. Echando la vista atrás, ya no siento que perdí 10 años de mi vida “enferma” y haciendo terapia, siento que he ganado 10 años de aprendizaje y que gracias a lo que viví y sufrí, hoy soy capaz de valorar la vida más que otras personas y soy mucho más fuerte. Ahora ya nada me da miedo, porque lo peor de mi vida, ya lo he pasado…
Mucha fuerza y paciencia a tod@s, para andar un camino tan dificíl debemos dar un paso y después otro, despacio, si lo recorremos corriendo y con prisa, tropezaremos con nuestros propios pies y no alcanzaremos nunca la meta.
Muchas gracias a todos los que habéis perdido unos minutos de vuestra vida en leer esta carta.
Besazos a miles!!! Mmmuaaaa...
PD: Cualquiera que necesite apoyo moral puede dirigirse a mí, con mucho gusto intentaré ayudarle en lo que buenamente pueda y sepa. ;-)
Ade
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Muchas gracias, Ade, por darnos aliento a las madres que tanto lo necesitamos!!
Te deseo que sigas así, tan fuerte y tan generosa . Un beso muy fuerte y espero leer tu libro.
Muchas gracias Ade!! por tus palabras de aliento y esperanza! Y me da ánimos para no rendirme y luchar para que al fin mi hija acepte hacer el tratamiento! Mi admiración para ti! Sigué adelante! Vale la pena!
Gracias por compartir esto y por transmitir esa esperanza que tanto hace falta,valioso testimonio y ejemplo de superacion..enhorabuena.
Ade, eres un ejemplo de superacion. Antes no habia nada y llegaron a decirnos que no habian esperanzas. Se hizo una base, se empezaron las terapias adecuadas. Monica Lavilla, Beatriz Lopez y Diana Molina empezaron de cero. Se ayudo a los padres a ser psicologos aprendiendo como asumir crisis y problemas, como ayudaros mejor. Una cadena que no para y en la que los eslabones son cada dia mas fuertes. Gracias a los profesionales que creen en la esperanza. Tu eres uno de tantos ejemplos. Ha valido la pena luchar contra todo y seguimos en ello. Espero algun dia leer tu libro. Un abrazo sincero
Hola Lauri. Lo sé, sé que nunca es tarde. Antes pensaba más en todo lo que me había perdido. Ahora he invertido mi pensamiento y sólo me centro en lo que he ganado. Intento siempre sacar lo bueno de lo malo. Eso me ayudó mucho en mi recuperación y a día de hoy me sigue ayudando. Yo creo que toda perdida conlleva una ganancia y viceversa. Así que la rabia por los años "perdidos" va desapareciendo poco a poco gracias a que cambio el pensamiento. Sé que sólo yo tengo el poder de cambiar mis pensamientos y que cuando lo hago también cambia mi manera de ver las cosas y mi actitud.
Besazos!!!
Gracias Ade... Pues eres un testimonio que te sumas a los de quienes luchamos por mejorar y salir hacia adelante con ganas. Así es como debemos seguir. Uno de los dichos que me quedaron marcados, por cierto, para cuando a veces piensas que te has perdido algunas cosas es: "Nunca es tarde si la dicha es buena".
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