En la noche que me envuelve, negra, como un pozo insondable, doy gracias al Dios que fuere por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias no he gemido, ni llorado.
Ante las puñaladas del azar, si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos acecha la oscuridad con su horror.…
ContinuarAñadido por Miguel en agosto 21, 2013 a las 10:24pm — 3 comentarios
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