Esta noche vino Chile a casa. No el país entero, claro. Moreno, ojos negros; su sonrisa llegaba de oreja a oreja y su cuerpo me dio el calor que necesitaba. Sí, hablo de un hombre hermoso, tan bello como la luna llena que lucía en los cielos negros y fríos de la ciudad.
Solemos quedar de vez en cuando para hablar, escuchar música, reír y, porque no decirlo, follar. Pero esta noche ha sido especial. Los gestos, las formas, las maneras, las sonrisas y las risas, los gustos, los aromas,…
ContinuarAñadido por Vicent B. en febrero 5, 2015 a las 6:53am — 1 comentario
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