Ays, el miedo! a veces juega malas pasadas... Justo lo que más temes es lo que te ocurre... es lo que tiene ser un/neurótico, siempre defendiéndose una/o de sus pensamientos o sus impulsos... Vamos es la fórmula mágica para desarollar toda una señora neurosis... O el trastorno obsesivo compulsivo, que es lo mismo... Lo de neurosis lo inventó Freud hace la tira, y hoy día no es utiliza porque se habla de ANSIEDAD...
El caso es que sí, a veces nos pasa justo lo que no queríamos... pero bueno, a malas es algo no tan malo como creíamos o tiene remedio...
En fin, la cuestión es que relacionado con este tema... una entrevista interesante del diario La Vanguardia (de la contraportada, que suele ser lo más entretenido) hacía referencia a esta cuestión de que cómo el pensamiento guía justamente lo que nos pasa... Que somos un poco fruto de cómo pensamos... Supongo que lo bueno es pdoer controlar el pensamiento, cosa que no siempre se hace, porque tenemos ideas que nos vienen solas, qué caray, pero bueno...
Adjunto la entrevista:
LO QUE PENSAMOS CREA NUESTRA REALIDAD
LA CURIOSIDAD FOMENTA LA LONGEVIDAD"
Luis Castellanos, Doctor en Filosofía y presidente de la consultora de recursos humanos "El Jardín de Junio". Impulsor en España de la investigación en neurociencia cognitiva, es además experto en lenguaje positivo y en su aplicación al liderazgo.
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Los pensamientos dirigen nuestra vida. Determinan nuestras acciones, nuestras conductas y nuestras actitudes. Sin embargo, apenas dedicamos tiempo a descubrir cómo funciona nuestra mente. Solemos dejar que nuestros pensamientos fluyan por inercia, sin ser conscientes del impacto real que tienen en nuestra vida. En demasiadas ocasiones nos convertimos en esclavos de nuestra mente, incapaces de dejar de pensar en ese asunto al que ya hemos dado mil vueltas. No en vano, nuestros pensamientos pueden llevarnos a la extenuación y arrastrarnos al malestar. De ahí la importancia de aprender a gestionarlos de forma más eficaz y sostenible.
¿Qué es la Neurociencia?
Es una disciplina que estudia la biología y el funcionamiento del cerebro para interpretar el comportamiento humano. Nuestro objetivo es localizar en qué partes concretas de nuestro cerebro se encuentran las emociones, el lenguaje, la memoria, la consciencia…en definitiva, todo aquello que nos hace humanos. Eso nos permitirá descubrir qué pasa en nuestro cerebro cuando aprendemos, qué conexiones neuronales se activan cuando nos enfrentamos a una experiencia nueva o de qué manera influye nuestro lenguaje en nuestra conducta, entre otras muchas cosas.
¿Podría poner un ejemplo?
Esta disciplina nos ha permitido demostrar que el lenguaje positivo incide directamente sobre nuestro rendimiento y nuestra capacidad de superación. Gracias a la tecnología hemos podido comprobar cómo afectan las palabras a nuestro cerebro. En función de si el lenguaje es neutro, positivo o negativo se activan zonas que influyen en nuestro comportamiento de una forma diferente. Las palabras positivas nos permiten percibir las cosas con más rapidez y nos invitan a actuar de forma más innovadora. De ahí la importancia de trabajar sobre el origen del lenguaje, nuestro pensamiento, para poder reinventarnos a nosotros mismos cada día.
¿De qué manera nuestro pensamiento influye en nuestra vida?
Influye en nuestra manera de interpretar la realidad, lo que determina nuestra experiencia. Como sociedad hemos heredado un patrón de pensamiento, ligado a nuestra cultura. Estamos rodeados de condicionantes y limitaciones, pero tenemos la oportunidad de educar nuestro propio pensamiento. No es un reto fácil, pero un magnífico comienzo es hacer más consciente el lenguaje que utilizamos, reflejo de lo que pasa por nuestra mente.
¿Qué relación hay entre el pensamiento positivo y nuestra calidad de vida?
Existe una relación directa. Hace unos años se realizó un estudio en EE.UU. que posteriormente se publicó bajo el título de '678 Monjas y un científico'. Al parecer, estas mujeres contaban con una esperanza de vida muy por encima de la media, con apenas patologías derivadas de su avanzada edad. Sus arrugadas sonrisas parecían ocultar el secreto de la felicidad. Se estudiaron sus características fisiológicas y neurológicas, y sus condiciones de vida, para tratar de averiguar el por qué de su longevidad y su alta calidad de vida.
¿Qué descubrieron?
Muchas de las conclusiones obtenidas en este estudio derivaron en consejos sobre alimentación, deporte, etc. Pero la conclusión más impactante se descubrió casi por casualidad. Se analizaron las autobiografías que dichas mojas habían escrito al ingresar en la orden, buscando en su lenguaje datos que justificaran su feliz longevidad. Y la sorpresa fue que las monjas que en sus escritos habían expresado más palabras positivas parecían vivir más años y con mejor salud. Expresarse en positivo les había, literalmente, otorgado una vida más larga y plena.
¿Cómo podemos cambiar nuestra manera de pensar?
Entrenando. Por lo general, nuestro cerebro funciona por inercia. Cuando la rutina domina nuestra vida nos cuesta aprender cosas nuevas y nos resistimos a cambiar. Sin embargo, esta actitud pocas veces nos proporciona un bienestar duradero. Y además, limita severamente nuestro potencial. Si queremos dejar de vivir estancados, debemos empezar por preguntarnos qué tiempo y cuánto esfuerzo dedicamos a ser las personas que queremos ser. Para cambiar nuestros hábitos de pensamiento primero tenemos que ser capaces de identificarlos, hacerlos conscientes. Un buen ejercicio para lograrlo consiste en prestar más atención a lo que decimos y a cómo lo decimos. Si logramos modificar nuestra manera de expresarnos, podremos cambiar nuestra manera de pensar.
¿Qué hábitos lingüísticos pueden contribuir a mejorar nuestra vida?
Atrevernos a expresar en positivo en lugar de ser muchas veces tan descriptivos y neutros. El lenguaje que utilizamos puede convertirnos en víctimas o en protagonistas de una misma situación, y es una expresión de nuestro posicionamiento ante la vida. Debemos asumir la responsabilidad de lo que nos decimos y de lo que decimos a los demás. El lenguaje positivo nos ayuda a interpretar los acontecimientos del día a día de una forma más constructiva, nos lleva a dar lo mejor de nosotros mismos y crear un ambiente de salud para los demás. El optimismo crea futuro, y la curiosidad fomenta una feliz longevidad.
Entrevista de Irene Orce, periodista y divulgadora especializada en temas de psicología, coaching y crecimiento personal. Entre otras publicaciones ha trabajado para LaVanguardia.es, El Magazine de La Vanguardia y la revista de psicología Aqua. Desde muy joven inició su camino de autoconocimiento y desarrollo personal, formándose en herramientas como el Eneagrama y la Programación Neurolingüística (PNL).
Actualmente es la coordinadora del Máster en Desarrollo Personal y Liderazgo de la Universidad de Barcelona. Está comprometida con promover un cambio de paradigma en la manera en que los seres humanos se relacionan consigo mismos, con los demás y con sus circunstancias. Cree en el despertar de la consciencia y en la asunción de la responsabilidad personal como pilares de la felicidad.