La Comunidad de Sin-Límite

Por Enrique García Echegoyen,que era  abogado asesor de ACAI-TLP. (Artículo publicado en la revista SIN LIMITE Nro. 4 de ACAI-TLP)
 
 
Verdaderamente, uno de los problemas más importantes con los que se enfrentan las familias de un persona afecta del trastorno límite de la personalidad es la situación de desamparo que se produce cuando esta persona se conduce de manera agresiva.

Si a nivel emocional y social se plantea un debate encarnizado, desde el punto de vista legal la cuestión resulta igualmente compleja. Porque: ¿Se puede conseguir el internamiento inmediato del enfermo? ¿ Es aconsejable dicho internamiento para el paciente? ¿ Qué ocurre si el enfermo no está diagnosticado? ¿ Cuanto tiempo podría estar internado? Y así las preguntas serían innumerables.

Intentaremos en este espacio centrar las cuestiones legales principales así como pulsar la situación actual que sin embargo cambia en función de las circunstancias de cada caso.

Y puesto que el tema lo propicia, invitamos a todas las personas que tengan interés en plantear cualquier cuestión, sugerencia o experiencia a compartirla a fin de poder buscar respuestas efectivas a estas situaciones.

En principio ante un episodio de violencia o agresividad grave en el seno de la familia, independientemente de la posible enfermedad que pudiera aquejar el agresor, la solución directa y lógica sería avisar a la autoridad competente,mediante llamada a la Policía o comparecencia en la Comisaría o Juzgado de Guardia . No obstante, tal medida supone generalmente la detección de la persona denunciada dependiendo de la gravedad de los hechos.

Esta situación se plantea delicada cuando se trata de un familiar y ademas aquejado de una enfermedad. Así, aquí se presenta nuevamente la importancia de la existencia de un diagnóstico claro del paciente. En este caso, el propio Juzgado de Guardia con la intervención de la Fiscalía y del médico forense podría decretar el internamiento del agresor en un centro especializado.

También aquí se plantean problemas, puesto que este internamiento no puede tener carácter indefinido sino el tiempo que los médicos estimen necesario. Por otra parte, en función del estado del enfermo, la propia Fiscalía podría promover la incapacitación del mismo para regir sus bienes y su persona, con las limitaciones y grados establecidos en la Ley, y que ya hemos debatido en otras ocasiones.

Debemos señalar que la principal preocupación que hemos podido pulsar es precisamente lo que hemos ido apuntando: determinar qué hacer en cada situación concreta, de manera que solucione el problema pero no sea contraproducente para el paciente.

Evidentemente en este caso entran en conflicto dos derechos igualmente legítimos, la integridad de las personas que conviven con el paciente y la propia persona del enfermo. No obstante tampoco se puede pretender, entendemos, que los familiares se encuentran indefensos ante situaciones que atenten contra su integridad física, por lo que hemos señalado existen aquellos mecanismos para su defensa. Otro de los problemas es obviamente la inexistencia de centros adecuados para el internamiento de los enfermos que pudieran compatibilizar la existencia del cuidado al paciente con la seguridad para las personas de su entorno.

La cuestión es ciertamente complicada, es realmente desagradable denunciar a un familiar directo (generalmente hijos), incluso por el propio rechazo que produce ante las personas que deben tramitar dichas denuncias pero tampoco podemos someter a las familias a pruebas extremas de resistencia.

Creemos que la solución debe pasar por una postura clara de la Administración, la creación de centros asistenciales verdaderamente eficaces y especializados, así como por una concienciación y sensibilización clara de las autoridades  (Jueces, Fiscales, cuerpos de seguridad) que se encuentren con estos casos.

De cualquier forma el debate está abierto y debemos intentar buscar soluciones efectivas que compatibilicen los derechos antes expuestos.

 

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Respuestas a esta discusión

Aporto esta otra observación: se aconseja a los familiares, asistan a seminarios psicoeducativos que les den luz para tratar a sus hijos:

La psicoeducación de los familiares es esencial:

A- Es muy útil disponer de información actualizada y transmitida por parte de un profesional especializado en TLP para evitar:

• Caer en el catastrofismo y la incertidumbre cuando se sabe el diagnóstico.

• Actuar de forma impulsiva buscando soluciones rápidas a cualquier coste.

• Dar palos de ciego a la hora de buscar terapeutas o lugares de tratamiento.

B- El siguiente paso consiste en iniciar un proceso de aceptación de la persona que padece el TLP para conseguir:

No dividir a la persona en dos (la que desearíamos, cuando “está bien” y la que a veces es, cuando “está mal”) y aceptarla como un todo con los aspectos que nos gustan y los que no.

No invalidarla consciente o inconscientemente, pasando por alto sus necesidades reales y la validez de su forma de sentir, actuar y pensar aunque no sea la nuestra.

No verla como “un problema” sino como una persona con un trastorno mental severo.
No actuar con ella movidos más por sentimientos como miedo, pena u odio más que por empatía.

C- Paralelamente a los dos pasos anteriores es esencial que te observes a ti mismo y te hagas consciente de cómo te está afectando a ti y a tu vida la convivencia con el TLP para:

Buscar ayuda profesional para ti si crees que puedes tener depresión o ansiedad a nivel clínico, si estás teniendo conductas más impulsivas, agresivas o evitativas de lo habitual, si han aumentado de forma importante algunos síntomas como insomnio, cefaleas, molestias gástricas...

Detectar si puedes estar manteniendo conductas no adaptativas de la persona con TLP sin ser consciente de ello.
Protegerte y no quemarte demasiado rápido si quieres poder seguir estando al lado de la persona querida que tiene TLP.
No caer en la codependencia y no descuidar al resto de personas de la familia que también pueden necesitarte.
Darle al TLP el mensaje de que él no es el único que tiene que hacer cambios sino que también el entorno familiar tiene que mejorar. Esto le supone un alivio y validación.
Sabemos y así lo hemos visto en estos años de trato con cientos de familiares que es un proceso largo y difícil que pasa por varias fases, pero es posible hacerlo y los beneficios compensan el esfuerzo.
Querida laurilla,
La teoría está bien, pero en la práctica, cuando un hijo te pega y te maltrata física y psiquicamente, es lo más doloroso del mundo. Hablo por experiencia propia. Lo digo porque lo he sufrido en mi carne y la solución... ninguna es buena.
Cuando denuncié a mi hija (en dos ocasiones), fué porque temía por mi vida. De hecho, estoy viva de milagro. Acudí a todos los Recursos Institucionales habidos y por haber (Justicia, Protección de Menores, Sanidad, Centros Sociales... y un largo etcétera)
Al final del camino tuve que denunciar porque no tenía más remedio e ingresaron a mi hija en un centro "correcional" osea una carcel de menores que fué un auténtico infierno para ella y para mí.Fué el peor error de mi vida. Me hicieron renunciar a su custodia e hicieron con ella ( y conmigo) lo que les salió de las narices.
A ella le trataron como una delicuente y a mí como una mala madre.
No creo en la ayuda Institucional. Es un laberinto que solo aporta más problemas judiciales y más dolor a ambas partes. El resultado en mi caso a sido negativo. Mi hija con TLP acabó muchísimo peor de lo que entró en manos de "la justicia" y "protección de menores". Le trataron como una delincuente. A mi me cuestionaron mi papel como madre, humillándome hasta la saciedad (tengo informes de la asistente social y psicóloga de la Junta de Castilla y León de Protección de Menores que lo atestiguan). Total, un calvario de juicios, que después de bastantes años, aún no he acabado.
Por eso, no me vengais con milongas, los jueces, fiscales, cuerpos de seguridad... tratan el problema como delincuencia, no como enfermedad mental.
Sí, de acuerdo, estoy viva para contarlo, pero me mataron en vida, ya no creo en nada ni en nadie.
Así que la palabrería que usais, me suena a música celestial. Pero la realidad es otra, mucho más dura.
Hola Aurora, seguro que tu lo sabes bien... La realidad es peculiar de cada uno y cada una la sabe, eso sin dudas. Gracias por contestar y explicarte, Un abrazo.

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