Estando centrados en la tercera dimensión parecemos estar rodeados de una infinidad de problemas, unos más pequeños, otros muy grandes y algunos irreparables. Sin embargo, en un nivel un poco más elevado, todos nuestros problemas dejan de existir.
La tercera dimensión donde habitamos físicamente considera el tiempo y el espacio. La cuarta dimensión es espiritual e infinita y no está limitada por el tiempo y el espacio. Los seres humanos andamos de visita en la tercera olvidando que nuestras facultades espirituales se encuentran habitando desde la cuarta dimensión hacia arriba. Todo ser humano que se da cuenta de esto, puede moverse con mucha facilidad en la tercera dimensión, porque ha podido comprender que su reino se encuentra en otra parte. El ser humano que domina el plano tetradimensional dominará el tridimensional.
Todo lo que hacemos aquí en la tierra y todos los resultados que obtenemos están diseñados con anterioridad en una dimensión superior, aunque no nos demos cuenta de ello. Un accidente automovilístico no parece ser una creación nuestra, sin embargo, lo es. La muerte física y biológica que nos parece tan dolorosa y triste también lo es. Pero en planos superiores es solo una aventura y una experiencia, como quien se cambia de ropa. Somos eternos y nuestro espíritu se divierte en todas estas experiencias. Lo que para la tercera dimensión son experiencias traumáticas y dolorosas, en la cuarta dimensión es solo una aventura.
En estos tiempos cada vez son más las personas que pueden sentir la liberación y el descanso mental que significa instalarse conscientemente en la cuarta dimensión. Si la vida se incuba en la cuarta dimensión no hay problemas, porque podemos diseñarla al gusto del consumidor. Se trata de aprender a usar nuestros dones espirituales, practicar el dominio de la creación consiente, de darse cuenta que no somos de aquí y que nunca vamos a morir.
Si todo se crea en los planos energéticos y solo se manifiesta en el plano físico, ¿Qué problema puede existir? Si no tienes trabajo, puedes sentarte silencioso en una silla y crearte el trabajo de tus sueños. Pero hay de quienes aun no dominamos plenamente este arte. Pasamos mil y unas experiencias dolorosas.
Dios nos ha regalado las capacidades espirituales y nadie puede decir que está impedido de adentrarse en su interior para encontrar lo que necesita, un amor, más dinero, sanar una enfermedad y tantos otros inconvenientes. Más que nunca, en estos tiempos la humanidad se encamina rápidamente a instalarse definitivamente allí, en la espiritualidad de la cuarta dimensión.
Cuando creas tu vida desde el plano espiritual las cosas resultan tan sencillas que todo se mueve en base a milagros. Si quieres una pareja la puedes visualizar con todo detalle, sus rasgos físicos, su personalidad, sus gustos, si lo quieres cariñoso, apacible o con don de mando, que te regalonee o que necesite ser regaloneado y más detalles aun. Si te encuentras con los ojos puestos en la tercera dimensión no podrás verlo, lo único que veras será su ausencia y todos los días te levantarás sintiendo su ausencia y andarás por todos lados con un cartel que diga “estoy sola, él no está” y así es difícil que llegue. Si no creas el encuentro en tu zona espiritual, si no lo invitas, no puede llegar.
Si necesitas aumentar tus ingresos económicos y tienes tu mirada clavada en la tercera dimensión verás solo inconvenientes, todos los días ves la ausencia de bienestar, sientes que no puedes ir y venir libremente, que no tienes lo suficiente, que todo escasea, que la situación es complicada para todos, y mucho mas. Sientes que necesitas un trabajo para cubrir las necesidades básicas y es posible que encuentres un empleo que las satisfaga, sin embargo, no te sientes completo, porque no hemos sido creados para venir a este mundo a trabajar para vivir, ni para obtener alimento y cuidados a nuestros cuerpos. Hemos venido a vivir aquí para trabajar en nosotros.
Si levantas la vista al plano espiritual verás con claridad lo que necesitas para tu espíritu, un trabajo donde utilices tus dones naturales, donde puedas expresarte con todo tu ser, donde te encante estar, donde trabajar mucho es un placer, donde las horas pasan volando, donde deseas que amanezca pronto para continuar, donde te llenas de energías y donde el dinero llega por añadidura. Este trabajo ideal lo puedes fabricar desde la cuarta dimensión, lo puedes idear con mucha exactitud y puedes escuchar los datitos que tu Ser Superior te dará para que lo encuentres, sin que tengas que ir personalmente a recorrer empresas, entregar miles de currículum o hacer muchas llamadas a tus contactos.
Si necesitas sanar alguna enfermedad y te elevas al plano espiritual, puedes verte completamente sanado y así será. Tienes absolutamente todas las herramientas para hacerlo. Es necesario que escuches el mensaje de tu enfermedad y prestes atención al mensaje. Ella misma te dirá qué hacer, qué comer, cómo respirar, cómo descansar y hasta te ayudará a encontrar la técnica espiritual adecuada para tu sanación. Si te encuentras con los ojos fijos en la tercera dimensión, pensarás que esa enfermedad te calló del cielo, que por mala suerte tropezó contigo, que necesitas a alguien que te sane, que estas siendo víctima y que no puedes hacer mucho para mejorar.
Entonces, cuando estamos enfrentado una situación complicada podemos estar seguros de que será superado al elevar la mirada a las planos superiores.
Nuestro espíritu tiene el poder para resolverlo todo o nos da entendimiento para comprender algunas situaciones que nos parecen tan dolorosas de vivir. Solo hay que sentarse y elevarse hasta él para contactarnos con esa energía que hace milagros. Estando situados en los altos planos estamos más cerca de nuestro Ser Superior y de Dios y todo se convierte en un deleite.
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Yo saco de bueno de este escrito el ánimo positivo de ver las cosas en positivo...Llámesele espíritu o ganas y motivación o incluso imaginación.
Hace poco lei un artículo de una revista titulado "Let it flow" déjate llevar...
Muchas gracias, si nos sirve para estar bien y a ti te sirve pues es bueno.
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