Sosteniendo atentamente a su bebé, la madre descubre rápidamente la causa de su sufrimiento,y entonces le es muy fácil corregir la situación. Si el bebé tiene fiebre, le dará una medicina para que desaparezca. Si tiene hambre, lo alimentará con leche calentita. Si el pañal está demasiado apretado, se lo aflojará.
Como practicantes de una vida sana y reparadora de los males psíquicos, hemos de hacer exactamente esto. Sostendremos el bebé de nuestra ira con tanta atención que nos sentiremos mejor. Después haremos la práctica de respirar y caminar de manera consciente, como si estuviéramos cantando una nana al bebé de nuestra ira. Y entonces la energía de la plena consciencia penetrará en la energía de la ira, exactamente de la misma forma que la energía de la madre penetra en la del bebé. No hay ninguna diferencia. Si somos capaces de realizar actividades de relajación (parece que el Mindfulness está de moda, incluso se ha hecho una película sobre una comunidad budista en Francia).
En el momento que te enfadas, tiendes a culpar a otra persona por tu sufrimiento. Pero al observarlo más a fondo, quizá descubras que el principal causante de la ira es la semilla de la ira que hay en ti.
Si tomas consciencia con la semilla de la ira verás que esa persona aún está sufriendo, así que ahora céntrate en ella para erradicarla, pide ayuda, escribe un diario, haz ejercicios de relajación, mindfulness, haz ejercicio, habla con alguien de tu confianza, trata de cuidar tus vínculos (aunque tu ira interfiera, si eres consciente, podrás controlarla). Tú puedes vivir mejor si te cuidas.
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