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Total: estar más tranquilo y no intervenir tanto!!!
JAJA ;)
Me parece mucha exigencia "quiero aprender, quiero que me enseñes, quiero que aprendas.."me parece que la convivencia tiene su problemáticas pero tampoco tiene que ser una cadena de autoexigencias y viceversa,bueno es mi opinión.
Un abrazo
Saber lo que se quiere y lo que se pretende del otro es un buen principio siempre!
Me parece mucha exigencia "quiero aprender, quiero que me enseñes, quiero que aprendas.."me parece que la convivencia tiene su problemáticas pero tampoco tiene que ser una cadena de autoexigencias y viceversa,bueno es mi opinión.
Un abrazo
Indudablemente es bueno saber lo que se quiere pero muchas veces se tienen espectativas muy altas.Yo pienso que no se tiene que pretender nada especial del otro, tal como dice el último párrafo: QUE APRENDAMOS A ACEPTAR LAS COSAS DEL OTRO QUE MÁS NOS DISGUSTA, TANTO COMO PARA NO PRETENDER CAMBIARLAS.
Un abrazo
Mané dijo:
Saber lo que se quiere y lo que se pretende del otro es un buen principio siempre!
Uno siempre que esta en relación del otro tiene espectativas... uno espera una palabra... una caricia... un gesto de amor... ser amigos... ser pareja... programar un viaje... una salida... ser intensos
si eso es tener espectativas muy altas entonces sí obviamente las tengo y pretendo que el otro me acompañe, que este
a la par... en consecuencia las tibiezas no van y eso no tiene nada que ver en querer cambiar al otro
No sé que es para ti Elena tener espectativas muy altas, si quieres explicarte estaría bueno ya que del texto no surge una escala de valores que tu le das
Abrazo multicolor
A mi me parecen buenos deseos... !
Mané me explico:cuando una persona se enamora es porque la persona de la que nos enamoramos cumple con nuestras espectativas.Sin embargo a veces esperamos demasiado de la relación y creemos que el "otro"nos tiene que entender a la primera y es ahí donde no se cumplen nuestras espectativas porque no siempre se nos entiende como a nosotras nos gustaría.
El texto habla de aprender y enseñar y yo creo que para empezar una relación, es bueno no necesitar ni tener que aprender sino que por el contrario, al estar lo suficientemente aprendidos y enseñados podamos cumplir las espectativas del otro
Bueno es mi opinión
Un abrazo mané de los tuyos multicolor!
En cualquier caso el texto es muy bonito
Mané dijo:
Uno siempre que esta en relación del otro tiene espectativas... uno espera una palabra... una caricia... un gesto de amor... ser amigos... ser pareja... programar un viaje... una salida... ser intensos
si eso es tener espectativas muy altas entonces sí obviamente las tengo y pretendo que el otro me acompañe, que este
a la par... en consecuencia las tibiezas no van y eso no tiene nada que ver en querer cambiar al otro
No sé que es para ti Elena tener espectativas muy altas, si quieres explicarte estaría bueno ya que del texto no surge una escala de valores que tu le das
Abrazo multicolor
A propósito de todo ésto transcribo una fábula que me ha parecido interesante se llama EL TESORO DE LA PACIENCIA:
Cuenta una historia que hace muchos años, un joven se enamoró locamente de una voluptuosa y bella cortesana. Le confesó su admiración en varias ocasiones, pero ella, conocedora de los juegos del amor, no le daba respuesta. El joven no cesaba en su empeño, y un día tras declararle de nuevo su amor, le dijo:
-Haría lo que fuera por tenerte adorable criatura.
-Puedes tenerme-repuso la cortesana-, siéntate cien días en el jardín frente a mi ventana y si resistes, el centésimo día me tendrás.
El joven se sentó en el jardín frente a la ventana de su amada. Tan solo podía esperar. Era una experiencia desconocida para él, pues siempre estaba activo.
Los días fueron pasando, algunos claros y otros oscuros. Él esperaba. Se entrenaba en la espera sosegada, aunque había momentos de desfallecimiento inevitables.
Las nubes se deslizaban perezosas,por el cielo cambiante. El aroma de las flores perfumaba el ambiente.
El joven iba sintiendo, poco a poco, como su conciencia adquiría una cualidad distinta.
Al pasar las semanas ya no estaba nervioso, estaba aprendiendo a esperar con paciencia, atención y ecuanimidad. Ya no tenía prisa y la compulsión, el fuego del deseo que le quemaba por dentro iba remitiendo. Además de esperar comenzó a estar y a ser y, lo que en un principio le costaba tanto esfuerzo, ahora lo disfrutaba como si se tratase de una experiencia deliciosa. Escuchaba el rumor del viento y sentía en la piel la caricia de la brisa nocturna. Cada vez se sentía más sosegado, dichoso, lúcido agradecido a la vida y sobre todo, libre. Y cuando llegó el día 99,se incorporó y se fué.
Un abrazo
Bienvenid@ a
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