Miedo al compromiso (Parte I)
Adicción al amor y a la evitación
Miedo al compromiso tiene como fondo temor a la entrega-miedo al amor y sus implicancias. Es muy difícil entregarse verdaderamente-Puede haber pareja-matrimonio de años y sin embargo puede no haber entrega. Cuando nos entregamos estamos en carne viva-sentimos intensamente y nos acercamos a ser queridos incondicionalmente. Cuando el amor se da en su plenitud y sentimos que todos nuestros aspectos son incondicionalmente aceptados entramos en un estado de paz que ayuda a que aceptemos todas nuestras partes y podamos experimentar el bienestar de sentirnos finalmente completos-no hay mapa para la aventura del amor no sabemos por donde irá, no podemos controlarlo ni garantizar que el otro estará allí siempre. El otro es otro y corremos el riesgo de ser heridos. El bienestar de la intensa conexión que da la verdadera entrega inaugura la posibilidad de la pérdida de ese bienestar y así aparece el miedo. Este temor se representa en dos miedos básicos en las relaciones íntimas:
- Miedo al abandono
- Miedo a la invasión
Temores que vienen de nuestras primeras relaciones significativas y la vida en pareja actualiza.
Cuando niños aparecieron las primeras frustraciones (sensación de no ser queridos a la manera que necesitamos-no sentirnos valorados lo suficiente-temor a ser invadidos emocionalmente). En todo caso buscamos recursos para defendernos de ese temor creado la «personalidad» como un intento de defendernos del dolor del abandono o la invasión y una estrategia para ser queridos y no invadidos. Una coraza que aleja lo que sentimos, necesitamos, a nuestro ser frágil por que siente miedo a entregarse. Si bien nos ayuda a funcionar, en las relaciones íntimas puede ser un freno que impide un contacto verdadero. Al crear conductas que evitan la entrega (“si no me entrego no estoy sujeto a pérdida o invasión alguna”) la personalidad “nos defiende con una estructura estable, predecible, pero esa fortaleza segura se transforma en rigidez y temor a ser desestabilizados. Pero el amor desestabiliza, da miedo porque no escucha nuestros razonamientos, sigue su propio camino, no lo podemos controlar “perdemos la cabeza”. Podemos escuchar al amor o seguirlo, pero no podemos dominarlo o controlarlo. Cuando nos abrimos a él lo hacemos a la posibilidad de perderlo.
Así el compromiso, la entrega, el amor nos enfrenta a nuestra vulnerabilidad y por miedo a ella peleamos constantemente con ella, añorando la invulnerabilidad, pero no hay salida si no aceptamos la fortaleza de reconocernos vulnerables. Así es como dejamos de estar asustados, preocupados por lo que pueda pasar, nos entregamos a lo que la vida trae, por que la vida pasa por donde quiere no por donde nosotros queremos que pase.
No confundir vulnerabilidad con debilidad, se necesita mucha fuerza para reconocer que somos vulnerables.
Circulo vicioso de miedo: La mujer sufre mas miedo al abandono que cubre con estrategias de acercamiento, ese movimiento hace que el hombre se sienta invadido golpeando su miedo básico, miedo a la invasión que genera alejamiento preventivo que alimenta sensación de abandono cerrando así el círculo vicioso de miedo al dolor.
- El Miedo al abandono es generador de ansiedad, no querer separarse del otro, reclamar por lejanía, falta de entrega, demostrando lo entregado que se está. Pero muchas veces no hay verdadera entrega de quien teme ser abandonado, el acercamiento no es sinónimo de entrega, intentar poseer o invadir no es entrega, hay entrega cuando se acepta lo que hay, es verdadera aceptación cuando el corazón dice sí al otro tal cual es, apareciendo la confianza básica que permite desarrollar capacidad de espera confiando que el otro se acercará, y la confianza es contagiosa. Aquí se necesita desarrollar confianza y capacidad de espera, confiando que el otro estará allí. En el fondo está la sensación de no ser querido como uno necesita, no ser valorado. Lo adecuado seria no enojarnos con lo que nos pasa cada cual se protege como aprendió, con distancia, no entrega, desconexión, presión o exigencia.
El Miedo a la invasión es temer dejar de ser uno mismo, y tiene necesidad de satisfacer al otro que se posterga el propio deseo. Son hombres que necesitan proveer, satisfacer, hacerse cargo del bienestar del otro y preocupación por satisfacer el deseo del otro puede invadir de tal modo que dejamos de ser nosotros. El camino es tolerar el disgusto del otro, poner límites y perder miedo a decir no. Es trabajar con la omnipotencia, uno no tiene el poder para resolverle la vida al otro, no somos dueños de su felicidad, especialmente de sus antiguas heridas internas.
Cuando entramos en el juego del amor nuestro corazón tiende a entregarse pero nuestra personalidad teme perder su seguridad, evitando la entrega para no verse cara a cara con nuestra vulnerabilidad. Duele descubrir que en el amor podemos resultar heridos. Buscamos que ese dolor nunca llegue, apareciendo el miedo al compromiso como miedo a asumir la propia vulnerabilidad.
La vida en pareja entraña:
- riesgo al fracaso amoroso
- compromiso o comunidad de objetivos
- necesidad de tolerancia, comprensión, cariño, atención
- concesiones mutuas y pérdida de cierto grado de libertad individual por consenso
Ante este cambio nos planteamos si es más lo que se pierde que lo ganado y aparece el miedo, revelando la desproporción entre lo que tengo, los recursos con que cuento y lo que creo tener. Dos causas de la inseguridad y no romper la cotidianidad. Comprometerse es: tomar decisiones que requiere confianza en sí mismo y riesgo que depende de una motivación para el cambio, es perder un poco el control de nuestra vida.
La convivencia entre una persona decidida y otra que evade el compromiso acarrea problemas de comprensión:
- las personas muy comprometidas deben relacionarse con personas similares sino aparecen sentimientos de frustración.
- las personas con temor al compromiso avanzan poco en la vida, no consigue realizar sus proyectos por miedo a una decisión importante. Las personas indecisas debe tomar conciencia que cada decisión tiene costo y beneficio que debe encontrar por si.
Comprometerse puede tener logro y satisfacción que no alcanza si teme al compromiso (miedo a perder control de su vida o incapacidad para expresar sentimientos, miedo a sufrir) se priva de experiencias que desea o de compartir con quien quiere. Siendo personas con falta de autonomía, permisivos, demasiado protectores con ellos e incapaces de tomar decisión trascendentes. Tienden a controlar todo por que no son capaces de afrontar la inseguridad de compartir, con complejo de inferioridad son buenos conquistadores, pero cuando aparece el miedo busca excusa para romper la conquista. Suelen descubrir fallas ‘insalvables y acusan de llevar la relación demasiado rápido.
Una relación saludable
Después de recuperarse de la codependencia o adicción al amor se alcanza la madurez que permite vivir mejor la relación con uno y con otros, entonces:
- Ve al otro de forma realista, se muestra tal cual es, presta atención, dice la verdad, pide lo que necesita o desea, se desprende del apego al resultado.
- Sabe que el otro no es perfecto y cometerá errores. Sabe que habrá situaciones injustas, abusivas, discusiones, tonos inapropiados pero lo afrontarán sin crear demasiada tensión, pudiendo reconciliarse de esas violaciones de los límites, sin sentimiento de humillación.
- Asume la responsabilidad por su crecimiento personal. La recuperación continúa, ninguno exigirá al otro como debe hacerlo o si lo hace mal, es uno quien determine su manera o ritmo de permanecer en estado adulto. No se permite caer en viejo vicio infantil, el otro no es responsable de su carencia infantil. Si pide recibe la ayuda del otro sin hacerse la victima ni esperar ser rescatado. Puede centrarse en encontrar soluciones a los problemas, ambos se hacen cargo de los problemas que surgen, acordando como actuar, cada cual se hace responsable de cumplir lo acordado. Lo peor es usar un problema para sacar quejas acumuladas o crear situaciones emocionales. Puede ser íntimo con el otro y apoyarlo sin hacer el trabajo del otro, ni sacrificar propias necesidades.
Miedo al compromiso (Parte II)
Adición al amor y a la evitación
El Temor:
- es la emoción propia del ser humano, necesaria para la supervivencia, indica cuando el peligro esta cerca.
- Hay diferentes temores (al abandono-al rechazo-a la crítica-al fracaso-a lo desconocido-a la muerte-al futuro-a la enfermedad)
- Todo temor es manifestación de desamparo o impotencia, al no poder tener control sobre la situación.
- El más destructivo es el que no se conoce su procedencia y actúa en el fondo del corazón, puede nacer de imágenes creadas en la mente o recuerdos ocultos
- puede nacer de estímulos externos, internos (malos recuerdos-traumas-carencias) o de situaciones pasadas reprimidas, situaciones presentes, pensamientos destructivos acerca del futuro (que solo están en la imaginación y traen ansiedad, hacen perder seguridad en uno, provocando complejos o enfermedades)
- altera reacciones físicas, metabolismo, períodos de sueño.
- Para liberarse del temor es necesario conocer la raíz de lo que lo produce, única forma que un temor desaparezca es enfrentándolo.
- hace incapaz para enfrentar la vida, pone obstáculos, produce ansiedad, tensión interna. Una persona con temor no enfrenta riesgos porque lo desconocido le produce inseguridad. Tener un temor específico constante puede desencadenar que se haga realidad, la mente trata de construir lo que tiene presente en pensamientos, la solución no es huir sino enfrentarlo. Pasar el túnel de una crisis, atravesarlo para ver la luz que da poder y fuerza.
El Temor al abandono:
Es un proceso que se vive muy temprano en la infancia, cuando somos seres dependientes y con grandes necesidades de la presencia de los adultos, principalmente la madre. Si esta desparece por algún tiempo caemos en pánico y nos sentimos abandonados. En la infancia es entendible después caemos en una serie de estrategias de manipulación inconsciente con conductas como:
- Cede sus necesidades para que vean lo importante que el otro es, al ser necesitado cree que no lo van a abandonar.
- Da gusto en caprichos a pesar de si mismo para que no lo abandonen.
- No dice lo que le molesta, irrita, enoja o asusta para que crean que es muy bondadoso y así siempre querrán tener su presencia.
- Chantajea con lo que da, llevando la cuenta de lo que le deben, así no podrán irse pues la deuda es grande.
El abandono está en relación con la sensación de desamparo amoroso, intelectual y de intereses. Ante el abandono es mejor tomar distancia y repensar nuestra relación en pareja. Por más doloroso que parezca requerimos estar atentos, alertas a nuestra vida, por que ser abandonados deja sensación de vacío en el alma, viendo que el primer abandono es el que nosotros hemos hecho con nosotros.
Dejemos de vivir como víctimas, retomemos el autocuidado de nuestra persona, nos hemos olvidado de nuestro ser, iniciemos de nuevo la atención hacia nosotros mismos.
El temor al abandono una parte central de las personas dominadas por la vergüenza, creen que no valen, que no pueden ser amadas entonces el abandono es una posibilidad real. La vergüenza excesiva impide que crean que son buenas para ser queridas, dice “seré lo que quieras que sea", por temor al abandono complacen, intentan convertirse en lo que otro quiere que sea. Debo complacer convirtiéndome en la persona que podrían estar orgullosos, única manera que se queden conmigo. Pasan parte de su tiempo reaccionando a otros, su autovaloración depende de halagos o críticas de afuera.
Necesidad de reconciliarse con uno mismo.
La vergüenza se asocia con:
- El Rechazo es cuando avergonzado desoye sus necesidades, acción que demuestra odio pasivo a uno.
- El Abuso de uno es buscar formas de dañarse.
- El Sabotearse que es dañarse y que debilita toda oportunidad de éxito o felicidad, por que piensa no merecer nada positivo, exige fracaso e ira consigo, no deja espacio para el logro. Amenaza sentido básico del ser, se siente pequeño, débil y expuesta. Se encoleriza por inaceptable, para poder sobrevivir transfiere su odio a otro, trata con desdén, desprecio, humilla y sus víctimas son aquéllos sobre los que tiene poder (familia) critica y nunca halaga, ataca, no les permite ni éxito ni felicidad. Cuanto más ama más necesita reducirlos a nada como hace consigo, avergüenza a los demás para evitar su propia vergüenza.
Desarrollan estrategias defensivas como:
Negación: niega tener problema, siente vergüenza de ser "débil" o que noten imperfección
Alejamiento: ayuda a los demás y se niega a aceptar ayuda. Si alguien le ayuda cree se darán cuenta de su inadecuación, se retira cuando empieza a sentirse incómodo
Ira: regaña a los demás porque piensa que "lo han humillado" sin tratar de entender qué quisieron decirle. Explota, "lo avergüenzan" cuando no hacen de inmediato lo que ordena, es más fácil enojarse con otros que luchar contra su sentimiento de inadecuación
Perfeccionismo: viste impecable, atención a detalles, insiste que todo debe estar "perfecto", obliga a que se ajusten a sus expectativas de perfección.
Arrogancia: critica por no tener intereses tan "importantes socialmente" como él. Cuando no crítica ignora y espera lo atienda por ser importante, denigra para sentirse importante.
Exhibicionismo: coquetea y presume conquistas sexuales.
Cuando estas defensas funcionan se convence que no tiene nada qué avergonzarse, sin ver que se separa de la realidad y la intimidad humana. La vergüenza que se evita permanece dentro acabando con la autoestima.
Para curar hay que tener el valor de despojarse de las defensas y enfrentar la vergüenza directamente.
El apego es adicción, depender de la persona que se ama es una manera de despilfarrar la propia vida, regalar irracionalmente nuestro amor propio, respeto y esencia. Entregarse a otro es un acto de cariño desinteresado, si en esa entrega está presente el apego, hay miedo a perder lo bueno que tiene la relación.
Siempre necesitamos a quien amamos, pero si esa necesidad es enfermiza nos hace esclavos convirtiéndonos en apéndice de la persona amada no en compañero. El amor no está contaminado de adicción.
La Persona Adicta necesita aprender:
- Autocontrol: aun necesitando ser capaz de luchar con la urgencia y alejarse del placer momentáneo para disfrutar una satisfacción mayor, liberarse de la esclavitud, independizarse de lo que no le conviene. El deseo no es malo, malo es el apego y que sea imprescindible. Tener deseo no es estar apegado. Cuando no se puedo dejar de tener lo deseado (sexo, amor. adulación, admiración) no esta bajo nuestro control y se torna una adicción. Apegado es un adicto, que no preparado para la perdida, que no entiende la vida sin su fuente de seguridad o placer. Detrás de todo apego está el miedo y si hay miedo cuando te quedas solo, estas apegado a quien te haga compañía.
Ser desapegado no es ser indiferente ni es amor, es solo una manera sana de relacionarse con independencia, sin posesividad, celos, sin adicción, siendo capaz de controlar el temor al abandono.
No destruye la propia identidad en nombre del amor, no promociona el egoísmo, la frialdad ni busca sustituto afectivo
No podemos vivir sin afecto, pero sí podemos amar sin esclavizarnos.
Una cosa es un lazo afectivo y otra ahorcarse. El desapego es amar sin miedo a estar solo o que nos abandonen o engañen.
Tipos de apegos: placer y comodidad se mezclan creando una droga de alta adicción que se parece al bienestar, la tranquilidad, la diversión que engrandece el ego y produce:
- Apego a la seguridad/protección: No capaz de hacerse cargo de uno, necesita alguien que se haga responsable de ellos, obteniendo seguridad para enfrentar la realidad, percibida como amenazante. Originado en sobreprotección de padres en niñez. Busca supervivencia, estar a salvo, no amor.
- Apego a la estabilidad: el miedo al abandono hace preferir un mal matrimonio que una buena separación, siendo el objetivo mantener la unión a cualquier costo. Busca que el otro no lo abandone y esta dispuesto a pasar por alto infidelidad o mal trato.
- Apego a mimo, arrumacos, afecto: dependiente con baja autoestima con objeto de sentirse amado. Prefiere separación con amor a matrimonio sin afecto. Pendiente de cuanto cariño le prodigan para verificar si es digno de ser amado. Ocurre cuando no se quiere a si, el miedo a no ser amado es transformado en necesidad de ser amado, necesitan sentirse deseados sexualmente, enfatizan cuidado personal y estético.
- Apego a admiración: una de las mayores causas de infidelidad es la búsqueda de admiración. Pareja formada por narcisista y maltratador, primero adula y aprecia cualidades de la mujer atándola, luego la desprecia o daña con agresión. Proceso continua donde el se arrepiente para volver a admirarla y adular su ego, continuando la rueda de maltrato.
- Apego a bienestar: 4 formas de bienestar:
1- Apego sexual: fascinante para unos angustiante para otros.
2- Apego a mimos: hipersensibilidad a arrumacos, catarata de reacciones placenteras, químicas, difícil de no quedar atrapados por besos, abrazos, sonrisa y afecto.
3- Apego al compañerismo: enganche en coincidencia de gusto, inclinación. No es fácil ser compañero, confidente, cómplice de la pareja, si ocurre la unión adquiere solidez notable, el intento de separarse no suele prosperar.
4- Apego a convivencia tranquila en paz
¿Qué es una persona Adicta al amor?
Alguien que depende y esta enredado con otro, compulsivamente centrado en cuidar de otro, codependientes.
En lugar de desarrollar intimidad madura buscan fundirse, permanecer conectados con intensidad emocional que mantiene el vinculo. Es una enfermedad e inmadurez causada por un trauma infantil, que incapacita para tener una relación saludable con uno (protegernos-amarnos-compartir). Tiene una gran dificultad para ser maduro, responsable, independiente en lo emocional y material. Siente que por si no podría con la vida, tratan de controlar diciendo como deben ser, para complacer o permiten que otro los controle, pero este control provoca respuestas negativas en otro. Si quien controla termina sintiendo su abandono y controlado se agobio, brotan sentimientos de cólera como modo de liberarse del abuso.
La salida del enredo emocional no pasa por dejarse atrapar por estos sentimientos negativos (rabia-reproche-abandono-escapismo) sino desengancharse de la adicción:
- Reconociéndola con firme actitud de realizar cambios
- Estar dispuesto a sufrir abstinencia de quien dependemos para sanar esa relación o hacer otra alternativa.
Nuestra capacidad para afrontar la realidad esta relacionada con la capacidad para tener una sana relación con nosotros.
Vivir a partir de esa sana relación permite afrontar la realidad de quienes somos, quienes son los otros, cual es nuestra situación actual y el núcleo de recuperación de la codependencia.
Ciclo emocional del adicto al amor:
1- adicto conoce alguien atractivo que parece valérselas con sus cosas y valor (pero la apariencia tapa que también es carenciado afectivo). El amor a primera vista o flechazo se da en la química entre dos personas adictas al amor, las fantasías se disparan, cree haber encontrado el caballero de brillante armadura o la súper mujer de sentimientos amorosos. Ninguno ve en realidad al otro, sino una imagen creada desde niños (adicción romántica-excitación al creer haber conseguido al ser de sus sueños que alivio el dolor por no ser querido y se siente valorado y lleno)
2- adicto se da cuenta que el otro no es tan maravilloso como creía, gran decepción y siente la vieja compulsión de enredar a otro en busca de intensidad emocional, discusión, reproches, escenas dramáticas que agudizan obsesión por controlar, saber donde esta en todo momento, ponerse histérico al verse abandonado, controlar indirectamente, ponerse seductor, organiza viajes o relaciones extramatrimoniales. La relación se hace toxica, comportamiento ofensivo que agota y termina por hacer fracasar la relación. Comportamiento exagerado, agobiante entonces adicto a la evitación agudiza respuesta de huida, alejándose rápidamente, da señal de distanciarse del adicto al amor. Es cuando el adicto se da cuenta que hay algo o alguien mas importante para el otro que la relación, la fantasía se transforma en pesadilla, acude a su mente imagen de la persona que lo abandono o maltrató en su infancia.
3- Finalmente el adicto acepta la realidad que está abandonado de nuevo, entrando en un periodo en que prescinde que el otro lo rescate (periodo de abstinencia) intenso hasta recuperación. Muchos regresan a mecanismos de negación al sentirse desbordados por dolor, pero otros si continúan con abstención entran en una fase de obsesión, para conseguir que adicto a la evitación regrese, o desquitarse con planes de acción, se siente maltratado por su pareja, se muestra abusivo, ve todo lo que hace el otro con luz negativa, se obsesiona con revancha pero no ve su comportamiento ofensivo.
El adicto al amor presta demasiada atención al otro de manera obsesiva, sus expectativas respecto al otro son irreales e idealizan. Con tanta atención puesta en el exterior olvidan su propia necesidad o valorarse a si mismos, descuidándose. Trae de la infancia una experiencia de abandono en que no sintieron suficiente intimidad, no saben como ser ellos mismo íntimos, buscan llenar ese hueco, se aferran a un ser que consideran mas poderoso, del cual dependen por temor a ser abandonados. Pero nadie puede satisfacer ese deseo insaciable, empiezan a sentirse mal hasta que su dolor les hace darse cuenta que son incapaces de vivir sin su pareja o con ella.
Se sienten atraídos hacia adictos a la evitación, que evitan compromiso, intimidad saludable o centran su atención en adicciones exteriores (se ocupan de cosas pero su rabia los convierte en controladores abusivos). No pueden irse porque sienten el abandono, pero tampoco quedarse y sentirse bien, por que así no son rescatados sino que son cuidadores, pero lo que esperan, de esta relación de dependencia con alguien más poderoso, es ser cuidados. Inmersa en esta relación su autoestima disminuye.
El adicto al amor y a la evitación se sienten mutuamente atraídos (¿quien mejor que un evitativo puede hacer sentir abandonado?) Busca a alguien similar a progenitor con que estaba enredado en la infancia, del que no obtuvo amor que necesitaba, con la inocente pretensión de conquistar esta vez su cariño, aprobación y no su abandono o maltrato. El temor al abandono del adicto al amor atrae adicto a la evitación-Ambos tienen los mismos temores: intimidad y abandono.
Que los padres atiendan emocionalmente a sus hijos es el flujo apropiado de energía.Pero cuando la experiencia es contraria, en donde el hijo alimenta emocionalmente al padre, es una relación de enredo. A esos niños enredados, en la trampa se los agobia, son usados por la necesidad de mamá o papá de tener compañía, atención y amor, esos niños envueltos en relaciones enredadas se convierten en adictos a la evitación. El adicto al amor no usa este modo aliviador por que fue abandonado, dejado solo. En el proceso de ser usado por quienes debieron atenderlo el adicto a la evitación se vio abandonado, mientras se ocupaba de cuidar a sus padres no había quien se ocupara de cuidarlo a él.
Características del adicto a la evitación:
- Se evaden, crean intensidad en otras actividades fuera de la relación (adicciones). Evitan ser conocidos en la relación para protegerse de la absorción o el control de la otra persona.
- Evitan contacto íntimo con su pareja, usan técnicas de distanciamiento, temen intimidad porque están convencidos que se aprovechan de ellos y se verían absorbidos y controlados por ella
-Fueron absorbidos, controlados por la necesidad del otro, no desean pasar de nuevo por esa experiencia de la niñez, que ahora lleva a sentir que mayor intimidad trae mayor sufrimiento. Se basan en la experiencia con personas que lo cuidaron de niños, como parejas adictas al amor. El adicto a la evitación teme verse abandonado, no tuvo en la niñez otro ser que aliviara su dolor, teme al vacío y al abandono por que no aprendió que una relación puede aliviar una experiencia de abandono. La intensidad en las relaciones la percibe como agobiante, evita intimidad poniendo atención en distracciones, cosas ajenas a la relación así no está disponible, lo que hace es abandonar al adicto al amor.
- No experimenta sensación de energía o vitalidad dentro de su pareja porque la mantiene a baja intensidad. Esta sensación hace intensificar su sensación de abandono. Busca fuera por esa falta de intensidad que él provoca. Evita ser conocido por el otro por temor a ser usado, controlado, manipulado como fue en su infancia. Se reserva información o descubrirse por completo, llegando a falsificar o manipular información, cosa que le hace parecer poco transparente, tramposo, evitador y levanta muro que obstaculiza relación.
Muros de:
- cólera, temor, emoción fuerte para mantener distancia.
- silencio o hablar lo mínimo para no mostrar sus emociones.
- amabilidad para retener información sobre dificultades en relación.
¿Qué impide a evitador marcharse y convertirse en un ermitaño aislado? el temor al abandono unido a la adoración y admiración que recibe del adicto al amor que le hace sentir a salvo y deseado. Necesita mantenerse en la relación, sentirse conectado de forma protegida por el miedo que tiene a ser controlado o absorbido por el otro, intenta mantener el control con sus alejamientos, el poder de decisión y el dinero. Necesidad de mantener el control para no resultar invadido. Trabaja duro para tener supremacía económica, evita discusión para no afrontar la lógica de las cosas y usa el poder físico o el maltrato.
Ciclo emocional del adicto a la evitación:
- Es atraído por la necesidad y vulnerabilidad del adicto al amor, se conecta con el adicto al amor por seducción, animado con su adulación, pero también se siente absorbido o controlado por la necesidad del otro. Abandona la relación para aliviar el temor a ser absorbido. Pero ante temor a ser abandonado o por culpa regresa a la relación o encuentra nueva pareja.
Fase de recuperación:
Proceso en donde ambos miembros participan, pero si uno solo lo realiza tendrá beneficios para el otro.
Reconocerse como adicto emocional no es agradable, surge dolor de perdida o prescindir de la conexión
- Distanciarse, periodo de abstinencia: desengancharse emocionalmente hasta recuperar independencia. El adicto a la evitación necesita desengancharse de arranques de intensidad que surgen en su pareja cuando no está ausente, evadido en sus adicciones. No significa separarse o eliminar contacto, deben eliminar contacto que conduzca a enfrentamiento, intensidad, sentimiento doloroso, críticas, bombas de intensidad emocional o resolución de grandes problemas. Usar amabilidad. Tratarse de forma agradable, dedicarse a sus propios asuntos y proceso, no criticar ni tratar de mejorar el camino del otro. Si el otro miembro reanuda hostilidades no responda directamente. No discuta sobre nada irritante. Bájese, ocúpese de sus asuntos, deje de mirar al otro. Evite intensidad emocional como cólera, seducción, olvidos, silencios, haciéndose la victima, desvalido, protector, lanzando cebo que puede enganchar al otro en discusión. Observe lo que sucede al otro para entender como el otro también esta inmerso en esta adicción. Obsérvese a si y su necesidad de volver a conectar mediante apasionamiento y necesidad de responder a ataques o ironías. No responda a ningún bombardeo emocional.
Preocupación por satisfacer el deseo del otro puede invadir de tal modo que dejamos de ser nosotros. El camino es tolerar el disgusto del otro, poner límites y perder miedo a decir no. Es trabajar con la omnipotencia, uno no tiene el poder para resolverle la vida al otro, no somos du . Duele descubrir que en el amor podemos resultar heridos. Buscamos que ese dolor nunca llegue, apareciendo el miedo al compromiso como miedo a asumir la propia vulnerabilidad.
La vida en pareja entraña:
- riesgo al fracaso amoroso
- compromiso o comunidad de objetivos
- necesidad de tolerancia, comprensión, cariño, atención
- concesiones mutuas y pérdida de cierto grado de libertad individual por consenso
Ante este cambio nos planteamos si es más lo que se pierde que lo ganado y aparece el miedo, revelando la desproporción entre lo que tengo, los recursos con que cuento y lo que creo tener. Dos causas de la inseguridad y no romper la cotidianidad. Comprometerse es: tomar decisiones que requiere confianza en sí mismo y riesgo que depende de una motivación para el cambio, es perder un poco el control de nuestra vida.
Cuando de niños aparecieron las primeras frustraciones (sensación de no ser queridos a la manera que necesitamos-no sentirnos valorados lo suficiente-temor a ser invadidos emocionalmente). En todo caso buscamos recursos para defendernos de ese temor creado la «personalidad» como un intento de defendernos del dolor del abandono o la invasión y una estrategia para ser queridos y no invadidos. Una coraza que aleja lo que sentimos, necesitamos, a nuestro ser frágil por que siente miedo a entregarse. Si bien nos ayuda a funcionar, en las relaciones íntimas puede ser un freno que impide un contacto verdadero. Al crear conductas que evitan la entrega (“si no me entrego no estoy sujeto a pérdida o invasión alguna”) la personalidad “nos defiende con una estructura estable, predecible, pero esa fortaleza segura se transforma en rigidez y temor a ser desestabilizados. Pero el amor desestabiliza, da miedo porque no escucha nuestros razonamientos, sigue su propio camino, no lo podemos controlar “perdemos la cabeza”. Podemos escuchar al amor o seguirlo, pero no podemos dominarlo o controlarlo. Cuando nos abrimos a él lo hacemos a la posibilidad de perderlo. uando niños aparecieron las primeras frustraciones (sensación de no ser queridos a la manera que necesitamos-no sentirnos valorados lo suficiente-temor a ser invadidos emocionalmente).
En todo caso buscamos recursos para defendernos de ese temor creado la «personalidad» como un intento de defendernos del dolor del abandono o la invasión y una estrategia para ser queridos y no invadidos. Una coraza que aleja lo que sentimos, necesitamos, a nuestro ser frágil por que siente miedo a entregarse. Si bien nos ayuda a funcionar, en las relaciones íntimas puede ser un freno que impide un contacto verdadero. Al crear conductas que evitan la entrega (“si no me entrego no estoy sujeto a pérdida o invasión alguna”) la personalidad “nos defiende con una estructura estable, predecible, pero esa fortaleza segura se transforma en rigidez y temor a ser desestabilizados. Pero el amor desestabiliza, da miedo porque no escucha nuestros razonamientos, sigue su propio camino, no lo podemos controlar “perdemos la cabeza”. Podemos escuchar al amor o seguirlo, pero no podemos dominarlo o controlarlo. Cuando nos abrimos a él lo hacemos a la posibilidad de perderlo.
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