Mi experiencia en una relación con una persona con TLP

Hola a todos. En primer lugar, gracias por dejarme pertenecer a esta comunidad y agradecer el trabajo y el apoyo que se realiza desde aquí ;).

Me he registrado principalmente para contar mi experiencia en una relación de pareja con una persona con TLP, y que también podáis compartir vuestro punto de vista, experiencias, ayuda y consejos.

Todo empezó hace poco más de un año y medio. Yo acababa de salir de una relación muy tormentosa para mi, y conocer a esta persona digamos que me devolvió la vida. Yo he estudiado la carrera de psicología y actualmente ejerzo como psicólogo, y en mi trabajo ya tenía conocimiento sobre las características del Trastorno límite de Personalidad.

Cuando yo empecé a salir con esta persona, ella me comentó que lo tenía, que se lo había diagnosticado un psiquiatra tras hacerla seguimiento durante varios meses. Al principio he de decir que me dio un poco de miedo, porque yo conocía cuáles eran los rasgos típicos, pero habíamos empezado tan apasionadamente, y me había enamorado tan rápidamente de ella que no me importó. Siempre pensé que en ella había mucho más que un TLP, que eso no la definía como persona.

Cuando digo que junto a ella han sido los mejores meses de mi vida (la relación duró año y medio), no miento. Para mi ha sido una persona con la que me he podido sentir libre, ser yo mismo, he aprendido a comunicarme, me he sentido querido y cuidado. Lo mismo hacía yo con ella. Siempre estaba cuando lo necesitaba (que era muy a menudo porque en ocasiones tenía muchos bajones de ánimo debido a su situación personal, laboral y familiar), cuando necesitaba espacio, se lo facilitaba y procuraba no estar muy pendiente para que no se agobiara. Para mi esto nunca había supuesto ningún problema porque de una forma u otra, lograba empatizar con su forma de ser y entender las cosas. Ella era muy insegura a veces, me preguntaba constantemente si la quería, si me gustaba, etc. No había problema, yo le decía que por supuesto, porque yo estaba enamorado de ella. Todo era muy pasional y romántico. Yo soy una persona detallista y eventualmente solía tener pequeños detalles con ella, algún que otro regalo, etc.

Nos fuimos a vivir juntos muy rápido. Apenas llevábamos 6 meses de relación pero, ella no se encontraba a gusto en su trabajo, ni en el piso donde vivía y tomó la decisión (y yo la apoyé), de dejar su trabajo (se cogía bajas frecuentemente) y venirse a vivir conmigo. Yo con lo que gano, no tenía problema y podría mantenernos a ambos durante el tiempo que fuera necesario. Ella estuvo buscando trabajo de forma activa, pero no encontraba y a veces eso era una fuente de desesperación (se sentía como una parásita, inútil, etc.). Jamás le recriminé nada de eso. Yo estaba encantado de que estuviera conmigo. Empezó a hacer un curso del paro mientras esperaba unas prácticas de un curso privado que había hecho sobre animales.

Todo iba generalmente bien, con nuestras pequeñas discusiones de pareja típicas de la convivencia. Lo habitual (soy una persona un poco despistada y a veces me olvidaba de hacer alguna cosa). El cariño y el amor que ella sentía por mi y yo por ella, cada día se iba haciendo más grande.

Pero de repente, todo cambió. Mi calvario empezó a finales del mes de octubre. Un día me dijo que había quedado con un chico que conocía de una red social. Yo no he sido nunca una persona celosa. Es más, considero que cada uno tiene que tener su espacio personal porque eso es bueno para la relación (dentro de unos límites, claro). Quedó con ese chico a tomar café y a pasar la tarde dando una vuelta. Cuando regresó, le pregunté qué tal había ido y me comentó que era un chico muy majo y que se lo había pasado bien. Yo en ese momento no le di ninguna importancia, porque no veía nada raro.

El caso es que la semana de después, ella empezó las prácticas que tenía que hacer, sumado al curso del paro que ya estaba haciendo. Empezó a pasar fuera de casa 16 horas. Yo sabía que eso podría suponer una fuente importante de desestabilización porque hay que estar muy mentalizado para estar 16 horas estudiando. Yo lo he hecho y fue muy estresante para mí. Sabía que para ella lo iba a ser.

Ese fin de semana, era el cumpleaños de mi hermano, que vive en otra provincia, y mi familia nos dijo de acercarnos. Ella se llevaba muy bien con ellos y desde el principio la habían aceptado, querido, apoyado y ayudado económicamente alguna vez. Sin embargo, ese fin de semana no quiso ir. Decía que estaba cansada por las prácticas y que quería quedarse en casa a descansar. Yo lo entendí, y me pareció lógico porque era mucha tralla lo que tenía que aguantar. Así que me fui yo solo. Esa misma mañana en la que yo me iba, yo ya empecé a comer la cabeza, empecé a notar que algo no iba bien. Ese día, me dijo que estaba algo agobiada y que necesitaba espacio, que "llevábamos haciendo todo juntos durante un año y medio, y que necesitaba estar un poco a su bola". También me llegó a decir que cuando encontrara trabajo (nosotros vivíamos lejos de la capital, en un pueblo), "había pensado en alquilar una habitación y venir a verme los fines de semana". A mi eso me pareció una tontería, porque nuestro plan era que cuando ella encontrara trabajo estable, buscar una casa en un punto donde los dos tuvieramos facilidad para ir a nuestro trabajo. En esto último al final me dio la razón, y se disculpó diciendo que "no sabía lo que decía, que estaba agobiada". Yo me marché, pero me fui con el runrrun en la cabeza.

Otra cosa que me hizo saltar las alarmas fue que, por la noche, le escribí un mensaje para decirle que, cuando terminase de hacer lo que estaba haciendo (me dijo que estaba hablando con una amiga), que me llamara para darle las buenas noches porque me iba a acostar. Ella me dijo que "prefería no hacerlo" y, bueno, la verdad es que al final acabamos hablando más que si simplemente me hubiera llamado para darnos las buenas noches, porque le pedí explicaciones de por qué no quería, porque no entendía que estaba pasando.

Al día siguiente, volví a casa con ella. Tenía muchas ganas de verla y hablar sobre lo que estaba pasando, porque no me sentía cómodo. Yo me considero que soy una persona insegura a veces, que no tengo problema cuando todo va bien, pero en el momento en el que veo que algo no encaja, pues me asaltan las dudas y los pensamientos intrusivos. Cuando llegué, estuvimos hablando y le comuniqué como me sentía. "Que me sentía inseguro", "Que no entendía muy bien lo del espacio, porque precisamente ahora casi no nos estábamos viendo porque se tiraba fuera de casa 16h", y que me gustaría que "si necesitaba espacio, hubiera un equilibrio entre su espacio y el nuestro de pareja". Ella me reconfortó y me tranquilizó, y la verdad sí que me quedé algo más tranquilo.

Pero, al rato, me dijo algo que me descolocó muchísimo. Estábamos cada uno haciendo nuestras cosas y de repente me dijo: "Por cierto, he vuelto a quedar con este chico (el que conoció la semana pasada en persona). Vamos a ir al cine, a salir de fiesta, y me voy a quedar a dormir en su casa". Mi cara en ese momento debió ser un cuadro porque instantaneamente me dijo "y no te ha sentado bien". En ese momento a mi me dio un ataque de ansiedad. Ya estaba rallado por lo que me había dicho el día anterior, y esta premisa pues me afectó muchísimo. Me entraron ganas de vomitar y me fui al baño. Yo le dije que "lo veía muy precipitado", que "le había puesto cara hace una semana y que no veía apropiado que se fuera a dormir a su casa, que eso me sentaba mal y me hacía daño". Como vivíamos lejos de la capital, le ofrecí alternativas como ir a buscarla con el coche una vez hubiera terminado la fiesta, fuera la hora que fuese.

Al final acabé cediendo. Intenté tragar con ello y empecé a encontrarme mal. Empecé a unir piezas del puzzle: Antes siempre le preguntaba por lo que hacía (no en plan control, sino porque realmente me interesaba lo que hacía, por ejemplo, jugar al ordenador) y no había problema, me decía "pues estoy jugando a tal", pero de repente me dijo que esas preguntas le molestaban, que sentía que invadía su privacidad. Cada vez me rallaba más y más. Yo me dedicaba a hacerle la cena y la comida para el día siguiente, pasaba todo el tiempo solo (salvo cuando yo iba a trabajar). Se me hacía muy duro, porque sabía que el próximo fin de semana, se iba a quedar en su casa a dormir, a pesar de haberle dicho que eso me sentaba mal.

Se quedó ese día a dormir en su casa finalmente, y regresó al día siguiente, sobre las 17:30 de la tarde. Ese día de hecho, teníamos pensado ir a cenar juntos, pero ya me empezó a poner alguna pega diciendo que "no le apetecía mucho que cogiera el coche, pero que si quería que fueramos a cenar, que no le importaba". Yo entonces estaba hablando con un amigo que teníamos en común, y le dije que si le apetecía que habláramos los 3 juntos. Ella me dijo que no le apetecía y, al rato, se puso a hablar con el chico con el que estuvo el día anterior.

Eso a mi me enfado mucho y se lo dije: "me sienta mal que, después de que hayas pasado el día entero con él, y que te quedaras en su casa a dormir sabiendo que me disgustaba la idea, porque le conocía de hace una semana; te pongas a hablar con él. Que me parece bien que tengas tu espacio, pero que me gustaría que también nos dedicáramos un espacio para nosotros". Tuvimos una discusión fuerte. Ella me dijo que me estaba poniendo celoso, y que le recordaba a una expareja suya que le estuvo acosando y maltratando. Y en cierto modo, yo me sentí identificado con lo de los celos. No sabía qué me estaba pasando. Sabía que algo no estaba yendo bien. Me sentía inseguro. Tenía miedo. Más tarde, cuando todo se acabó, me di cuenta de que había intentado tragar con algo con lo que mi cabeza no podía tragar (lo de dormir en su casa. Yo no sé si vosotros eso lo veis o no normal, más aún conociéndole solo de 1 semana. Para mi no lo es, y creo que en una relación de pareja la libertad de uno acaba donde empieza la del otro. Lo que no entendí en ese momento es que por supuesto, ella era libre de tomar la decisión que quisiera, pero que yo también era libre de elegir si quería esto o no quería esto en mi vida. Y por amor, o miedo a perderla, elegí quedarme).

Al día siguiente, tuvimos la discusión definitiva por el mismo tema. Yo necesitaba hablar de ello y comunicarme, pero ella se negaba a hablar de ello. Finalmente, tras una acalorada discusión en la que sí, perdí los papeles y dije cosas desde el enfado, la frustración y la impotencia que ahora mismo no recuerdo porque en ese momento estaba fuera de mi, pero que sé que la hicieron daño. Finalmente ella se marchó en un taxi.

Yo me fui a casa de mis padres, porque estaba fatal. Empecé con terapia psicológica y con antidepresivos, porque llevaba unas semanas fastidiado (ya tenía la cita con el psicólogo antes de que pasara todo esto). Regresé a casa y hablé con ella. Me dijo que se iba  a marchar unos días a pensarse las cosas, que lo que había pasado era muy grave. Yo le dije que "lo entendía, que se tomara el tiempo que necesitara para pensar" a lo que me contestó que si eso "no me enfadaba", y le dije que "no". Le pedí disculpas por mi comportamiento. También vi cosas raras, que estaba muy pendiente del teléfono móvil, que se sacó selfies posando delante de mi. No quise entrar en ese juego y no le pregunté a quién se los estaba mandando (me entraron ganas de llorar y lloré, pero no le dije la verdad. Le dije que lloraba por lo que había pasado, y no porque estuviera viendo que le estaba mandando selfies a otra persona). Finalmente se marchó.

Esos días de incertidumbre para mi fueron un auténtico infierno. De la ansiedad que tenía porque no sabía donde estaba, ni lo que estaba haciendo, empecé a somatizarlo todo. Incluso, me pasó algo muy desagradable que no me había pasado jamás, y fue cagarme encima, de los nervios que estaba teniendo.

El sábado regresó. Y bueno... fue el final de la relación. Me dijo que "había pasado unos límites que no se podían tolerar" "que había tenido celos, y que ya había salido con personas celosas y no quería eso en su vida". Yo rompí a llorar, porque para mi fue un batacazo terrible. Fue como bajar del cielo al infierno. Me sentía culpable por todo. Pensaba que había sido yo quién se había cargado la relación. Ella en todo momento se mantuvo fria. No soltó ni una lágrima, ni una. Sí que me abrazó pero, fue un abrazo muy condescendiente, más que un abrazo por afecto.

Como nos quedaban cosas que aclarar todavía en cuanto a temas de facturas y dinero (y llevarse sus cosas). Continuamos hablando. A los dos días, me dice que "llevaba un tiempo que no sentía lo mismo" que la "llama del amor se había apagado" y que no iba a "estar con nadie con quien no sintiera verdadero amor". Que, realmente, mi reacción fue lo que rompió la burbuja.

A mi todo esto me olía fatal. Simplemente no podía creerlo. Desconfiaba. Yo le preguntaba de forma frecuente si había tenido algo con este chico. Ella me decía que no, que no me había puesto los cuernos.

Pero bueno... a los 15 días de dejarlo, me entero de que ellos dos ya están saliendo juntos (y que bueno, el día que me dejó, pasó la noche en su casa, y la semana siguiente también). O sea que... no sé qué pensar realmente de todo esto.

Y cuanto al tema de cuernos, yo sinceramente he vivido esto como una infidelidad afectiva. He visto como de repente, he pasado a un segundo plano, el afecto que me daba a mi dejó de dármelo, para prestar más atención a esta persona que había conocido.

Es una lástima que haya acabado todo así, porque como bien dije antes, para mi ha sido la relación más intensa de mi vida, en la que más he disfrutado, y en la que más cómodo me he sentido. Muchas gracias por leerme y espero podáis entenderme, escucharme y aconsejarme. Realmente lo necesito.