Intimidad

LA INTIMIDAD DEL ADOLESCENTE

Núria Fillat

La importancia que tiene para los adultos la intimidad no es cuestionable y en general tendemos a defenderla cuando la vemos amenazada. Pero cuando hablamos de los niños o adolescentes, a menudo no le prestamos mucha atención.

El niño quiere tener su intimidad pero especialmente cuando se acerca a la adolescencia se vuelve mucho más receloso de sus secretos más íntimos. Una jovencita de 13 años enrojeció y empezó a llorar de furia y tristeza y a gritar "porque lo has dicho" cuando oyó que ante ella su madre explicaba a las amigas de ésta que su hija quería ser periodista de deportes, para entrevistar a deportistas. Este comentario de la madre a sus amigas que parece sin importancia no fue así para la jovencita, que se lamentaba de que su secreto hubiera sido desvelado, no quería que nadie lo supiera ,"ahora ya no se cumplirá", decía. Es como si se hubiera descubierto el truco del mago y la magia dejara de ser mágica.

Para ella en ese momento un tesoro muy íntimo, el de ser periodista para poder entrevistar a sus ídolos del mundo del deporte, con los que posiblemente soñaba, había sido revelado. Posiblemente lo vivió como si su mundo interior lleno de fantasías e ilusiones se pusiera al descubierto y el hechizo y la magia de sus pensamientos quedaran rotos, se hubieran desvanecido.

Este ejemplo hace pensar como el adolescente necesita tener un espacio propio suyo reservado donde pueda soñar, fantasear sobre sí mismo una y otra vez como él desearía ser deadulto. Pero no solo hay ilusiones en su intimidad, también temores, decepciones y desencantos cuando sus deseos son contrastados con su propia realidad.

Es en su intimidad que el adolescente prueba a imaginarse a sí mismo y a confrontarse también consigo mismo, lo cual es un ejercicio que le ayuda a prepararse para el momento en que deba enfrentarse con la diversidad de cambios rápidos que le toca vivir en esta etapa.

A menudo, pues, el adolescente se muestra reservado y protector de sus secretos y fantasías y no permite que entren en su mundo sobre todo los adultos. Muchas veces se vuelve encerrado en si mismo y no quiere compartir sus pensamientos y fantasías por miedo a que se estropee el hechizo, su encanto o que el adulto no le dé el trato que él desea. En todo caso preferirá compartir sus confidencias con su grupo o con algún amigo más íntimo que piensa que mantendrá sus secretos escrupulosamente, que se tomará en serio sus sueños o incluso que podrán soñar juntos. Necesita contrastar sus fantasías, proyectos y sentimientos con sus iguales para sentirse uno más de ellos. Otras veces buscará la compañía de un amigo silencioso, su diario íntimo para reflejar allí sus pensamientos y que procurará mantener bien oculto del alcance de otros lectores. El diario íntimo es igualmente privado y es importante que los curiosos se abstengan de tocar, porque es una maneramas que tiene el adolescente de conversar consigo mismo, o conversar con alguien "ideal" que lo comprenda todo y que sienta como él. Pero también el diario puede ser utilizado para escribir cosas que no se atreve a decir personalmente y lo deja olvidado y abierto en un lugar donde pueda ser visto y leído por alguien a quien va dirigido, a menudo la madre.

Este recelo del adolescente preocupa a muchos padres que creen que están perdiendo la confianza de su hijo, pero corresponde a menudo a esta etapa de la evoluciónen que el adolescente necesita crearse un espacio interno para poder representarse a sí mismo, sus ilusiones, deseos o miedos para poder llegar a adquirir una identidad propia. Este proceso de elaboración personal y necesario, muchas veces el adolescente no quiere compartirlo y quiere guardarlo para su interior. Esta actitud de reserva del adolescente nos invita a los mayores a ser cuidadosos y respetuosos a la hora de comunicarnos con él, porque aunque el joven desea preservar su intimidad también desea encontrar afecto y comunicación con los adultos, sobre todo los padres.