Muchos entre nosotros cultivamos el sentimiento de haber sido victima de injusticias o maltratos de parte de nuestros padres.
Huí de casa cuando tenia 17 años. Después de 2 años de guerra fría, se mejoró la situación hasta mis 26. En aquella época, se despertaron nuevos conflictos. Acabando mis estudios, estaba en apuro y mis padres se negaron a ayudarme, diciéndome que no estaba lo suficiente agradecida y que los otros padres no ayudaban a sus hijos. En este contexto, volvieron a salir los viejos rencores de 10 años atrás. Mi padre nunca dijo nada, en cuanto a mi madre, se negó a reconocer mi sufrimiento. Según ella, la verdadera victima había sido mi hermano y yo fingía ser dañada. No supe que contestar.
Eso pasó hace 5 años, y ha llovido mucho desde entonces. Sin embargo y como una sombra mala, de vez en cuando resurge mi resentimiento. Entonces, me pongo a cultivar odio, ira, tristeza, culpabilidad … una mezcla indigesta que en lugar de apaciguarse, tiende a acrecerse cada día más.
Nunca corté el contacto con mi familia, porque a pesar del sufrimiento que me procuren, les quiero y al fondo, sé que me quieren. Amarles me causa mucho sufrimiento y frustración y a mi pesar, no consigo perdonarles. Ademas, en el fondo de mi corazón, estoy segura de que hicieron lo mejor que podían. Ahora que quiero hijos yo, se me plantean un montón de preguntas como : ¿Porque no consigo tener? ¿o qué sería el papel de ellos?
Qué tipo de relaciones mantenéis con vuestros padres? Qué me aconsejáis para sentirme mejor con ellos?
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Yo comprendo que las relaciones familiares son de las mas intensas que hay y que marcan mucho, pero pienso que la independencia de una misma está por encima de todo, y que por tanto se trata de que tengamos nuestra vida, nuestros principios, aunque no coincidan en todo con los de ellos. Lo encuentro normal hasta cierto punto que sea así.
Gracias Lauri y Eulalia por vuestras respuestas que me hicieron mucho pensar.
Claro que me encantaría sentirme independiente, pero en verdad la independencia me perece una meta inalcanzable: vivo con la sombra de mis padres en las tripas, es como si me persiguieran por todos los rincones de la tierra.
Era hija mayor, mi madre era inmadura y padecía bulimia, mientras tanto, mi padre trabajaba un montón y no tenía tiempo que perder con mi hermano y yo. Los únicos momentos que compartíamos juntos eran relacionados con el trabajo. Mi padre tenia una granja y necesitaba nuestra ayuda. Desde que lo recuerdo, siempre hubo una distancia afectiva entre mis padres y yo. Sin embargo, me equivoqué durante mucho tiempo,confundiendo distancia emocional e independencia.
Tuve que gestionarme desde un punto económico bastante joven también. En verdad, hubiera preferido mantener una dependencia financiera: se me hubiera simplificado la vida, y me hubiera permitido conservar un cordón con ellos, pero se negaron.
Al hilo de los años, y pesar de nuestras diferencias, nos amábamos y siempre nos hemos esforzado para hacer buenas migas, pero esta relación era mentira, que todos nuestros problemas (violencia esencialmente) quedaron prohibidos de nombrar. Ahora todavía, el sufrimiento es tabú.
Finalmente, y a pesar de las apariencias (me jacté de mi autonomía y mi libertad durante mucho tiempo), sigo siendo dependiente de ellos. Por una parte porque reproduzco la distancia afectiva que mantuve con ellos en todas mis relaciones, pues, me cuesta la intimidad y nunca pude comprometerme con nadie.
Por otra parte, sigo luchando para salir adelante en todas la áreas, esperando tontamente que me reconocerán y me admirarán.
Finalmente, cúmulo tanta baja estima de mismo y falta de afección, que me encariño de cualquier manera, gastando mi energía para que los demás me quieren.
O sea que toda esta independencia de la cual me sentí a menudo tan orgullosa, se ha vuelto desde mucho tiempo contra mi.
La conclusion es abrumadora: es un circulo vicioso, una espiral infernal de la que no consigo salirme.
Muchas gracias por leerme.
Chispa, la verdad es que las relaciones muchas veces no son como quisiéramos... Las personas somos todas imperfectas. Aparte de independencia la verdad que también creo que hace falta, paciencia, aceptación... y un poco de tolerancia. No siempre la gente es como más nos gusta ni nosotros tampoco siempre lo hacemos todo lo mejor, pues se trata de hacer lo mejor que podamos... ¿no? Intentar ver el lado positivo y defender también nuestro lado positivo. Estar en guerra.... no sirve de nada.
Lauri tienes la razón. Además, cuando escribí este post, estaba muy preocupada por causas que no tenían nada que ver con mis padres. La cosa es que viviendo momentos difíciles para el común de los mortales, pero insalvables para mí, no veo solución ninguna y como me parece insoportable estar en apuro por nada, busco como loca explicaciones a mi desgracia
A veces pienso que falta algo en mi cerebro que me impide resolverlo, otras que es culpa de mis padres, de los terapeutas que no supieron ayudarme, de mi novio, del sistema,…
Pues, en teoría sé que huir de la desgracia no me hace más feliz, sé que compararse con lo demás o esperar que cambien o que me quieren no me hace más feliz tampoco. En teoría se que para ser feliz hay que satisfacerme lo que tengo. Pero con la inestabilidad de mi novio que trato de ayudar a pesar de todo, me siento muy vulnerable y experimento crisis muy fuertes dónde se mezclan aflicción, desilusión, tristeza, frustración y mucha confusión. No logro quedarme quieta y observar mis sensaciones. Me siento arrastrada por todo y en estos momentos cultivo ideas muy negativas a cerca de mi y los demás.
Bueno, espero que pueda sentirme más potente y que un poco de clarividencia o más bien sencillez, me ayuden a sentirme mejor.
Gracias por contestar
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