Actitudes que dañan la vida en pareja

En las relaciones de pareja, a veces sin quererlo, asumimos algunas conductas que amenazan la relación porque terminan haciendo daño, crean dificultades para manejar los conflictos que se presentan y llevan a acumular rencor y resentimientos. 
Estas actitudes provocan una reacción defensiva que puede ocasionar graves desavenencias y problemas serios si no se corrigen a tiempo.

Culpar a la pareja

Algunas personas tienen la tendencia a atribuir a la pareja la responsabilidad de lo que sucede en la relación. Con frecuencia hacen críticas y acusaciones de manera unilateral. Esta actitud deteriora la comunicación porque se interponen la ironía, el sarcasmo o la desvalorización del otro. Igualmente, lleva a no asumir las consecuencias de nuestro comportamiento y a no aceptar las propias debilidades y errores. El uso de expresiones como es que “Tu nunca”...,”tu siempre”... “ahí estas pintada”, “yo no he dicho nada, eres tu el que empieza”, no le dan ninguna opción a la otra persona, porque de antemano se le está condenando. Cuando se eligen palabras cariñosas y respetuosas para hacer una crítica, hay mayor disponibilidad para aceptarla y tenerla en cuenta

Las actitudes agresivas 

La hostilidad en las parejas se puede mostrar de muchas maneras, algunas sutiles como la indiferencia, las descalificaciones, la falta de comunicación o de afecto y otras más directas como el mal humor, los gritos, los insultos o el maltrato. Cuando estos se usan para demostrar que se tiene la razón o para que el otro acepte lo que uno piensa o dice, se puede generar una escalada de agresión mutua, resentimiento o una aceptación pasiva por parte de alguno de los dos, debilitando la confianza y generando sentimientos de rencor y rabia. Es importante revisar qué es lo que provoca las reacciones violentas y generar cambios significativos en esta conducta.

Revivir los conflictos del pasado

Muchas parejas discuten con frecuencia acerca de algo que ha ocurrido en el pasado y cada desacuerdo se convierte en una confrontación de gran magnitud. Sacan a relucir en cualquier momento y en la situación menos esperada un cúmulo de reclamos y desacuerdos, relacionando cualquier detalle con una dificultad experimentada y transformando la relación en un campo de batalla. 

Los dos integrantes de la pareja pueden hacer un compromiso conjunto para ayudarse a no traer al presente las disputas del pasado. Los recuerdos son importantes, pero los conflictos superados deben quedar en el pasado, pues volver sobre ellos hace renacer emociones negativas.

La resistencia a enfrentar los conflictos

La evasión es una conducta que nos lleva a huir frente al más mínimo problema. Es común encontrar parejas en las que alguno de sus integrantes trata de pasar por alto los problemas por temor a enfrentarlos y al experimentar las primeras señales de crisis, se alejan y las evaden. Por ejemplo, en una pareja que está pasando por una dificultad económica, uno de los dos no la acepta y continúa asumiendo los mismos compromisos económicos, mientras que el otro hace un esfuerzo enorme por corregir la situación. Es importante tener conciencia que esta actitud impide que se solucionen las dificultades. Y lleva a que las parejas se estanquen y no salgan adelante en los períodos de crisis.

fuente: http://www.inteligenciafamiliar.com/articulo.php?articulo=11&co...